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Reportaje:

Una carretera muy inestable

En Getaria juegan a las quinielas y se trata de pronosticar cuándo volverá a desplomarse la carretera GI-634 que va hacia Zumaia, y suspiran por que el derrumbe no suceda en dirección a Zarautz, porque en ese caso los vecinos quedarían forzosamente amarrados a su Ratón, sin otra vía de escape que el serpenteante puerto de Meagas y un helipuerto para emergencias. En Getaria todavía hay quien analiza la situación en tono humorístico, aunque de repente matiza que "la cosa no está para bromear". El pasado 1 de diciembre el asfalto de la carretera GI-634 cedió por efecto de un deslizamiento de tierra y del fuerte oleaje; un mes después, unos cascotes como moles se bañan en un acantilado próximo a la playa de Gaztetape. El próximo lunes comenzarán las obras de reparación del tramo derrumbado, que afectó a 230 metros de calzada. Los vecinos -Getaria tiene apenas 2.500 habitantes- están hartos y muy enfadados, sobre todo quienes frecuentaban en coche el trayecto hasta Zumaia: taxistas, comerciantes, estudiantes, transportistas y los gremios que faenan en el sector pesquero. Por ese trayecto se generaba diariamente un tráfico de 8.000 vehículos. Todos están obligados ahora a remontar el alto de Meagas (GI-2633), de cinco kilómetros de estrecha y sinuosa ascensión, o bien retroceder hasta Zarautz y tomar allí la autopista abonando 520 pesetas en el peaje hasta Zumaia. "Es una faena terrible", se queja un taxista aparcado en Getaria, "porque la carretera de Meagas es muy peligrosa y la autopista supone un coste muy alto y no se gana tiempo". "Está comprobado que si no tomamos medidas drásticas, como ocupar la carretera para crear un escándalo, no te hacen ningún caso. Sólo pedimos que se agilicen los trámites de la obra y se abra el tráfico cuanto antes", reclama a los responsables de la carretera. Los estudiantes piden favores a los conocidos para trasladarse todas las mañanas a Zumaia. Cuando terminan las clases, viajan en tren hasta Zarautz y allí montan en el autobús que les trae a Getaria. Los trabajadores empleados en las industrias de Zumaia, como casi todos los repartidores, emplean 20 minutos en recorrer 15 kilómetros de carretera por Meagas. El alcalde de Getaria, Mariano Camio, sugiere la puesta en marcha de un plan de emergencia para reparar la carretera, consistente en "aplicar dos turnos de ocho horas de trabajo, fines de semana inclusive, para adelantar en 15 o 20 días la apertura del tráfico", prevista para junio. Mientras la empresa Moyua, adjudicataria de las obras por un importe de 182 millones de pesetas, acometa la reparación del tramo desplomado, el Ayuntamiento exigirá la redacción de un proyecto global con vistas al futuro, porque "esta solución es un parche", afirma el alcalde Mariano Camio, "y urge encontrar un remedio para siempre". Peaje gratuito En Zumaia ocurre otro tanto. Un empleado público del Ayuntamiento asegura, rotundo, que "medio pueblo" se ve afectado por el cierre de la carretera a Getaria. Su alcalde, Ricardo Peña, advierte que la situación es "insoportable" porque "cada cierto tiempo la carretera se cierra al tráfico por diversas causas" y una gran parte de los habitantes del municipio -unos 8.000 en total- "tiene que utilizar la autopista para ir a trabajar". El Ayuntamiento ha solicitado un estudio que determine el impacto económico de la gratuidad del peaje entre Zumaia y Zarautz para quienes acrediten razones laborales en ese desplazamiento por la A-8. "Estamos convencidos de que el coste económico de esta propuesta no será elevado, aunque Diputación no querrá con ello sentar un precedente", reconoce Ricardo Peña. La Diputación de Guipúzcoa atenderá todas las iniciativas, aunque el peaje gratuito ya está descartado, según anunció el diputado Antton Jaime. El departamento de Carreteras orienta su política hacia la inmediata reparación de la carretera -su mantenimiento anual cuesta 100 millones de pesetas- y abordará una solución definitiva para la estabilización del tramo de la GI-634 entre Getaria y Zumaia a partir de las conclusiones que ofrezca el estudio encargado al efecto.

Solución imaginativa

El alcalde de Getaria, Mariano Camio, está convencido de que el problema de la "dichosa carretera" es irreversible. Por eso en su gabinete municipal ha planteado una solución imaginativa, casi rocambolesca, a la controversia. Bautizado como proyecto Ubiri, y apoyado por la Asociación de comerciantes, la Cofradía de pescadores y los padres de familia, consiste en construir un puente entre los dos primeros túneles que hay en la carretera GI-634 en dirección a Zarautz y sacar un dique transversal para frenar el oleaje. El viaducto, separado de la ladera del monte, sortearía así el deslizamiento de las tierras y estaría protegido de los embates de la mar. Para redondear el plan, Mariano Camio no esconde su deseo de poner la guinda a este plan dedicándole la zona abrigada por el dique a un puerto deportivo. La Diputación de Guipúzcoa ya ha enviado la negativa por respuesta.

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