La filmoteca ofrece un amplio homenaje a Ricardo Franco

, Filmoteca Española proyecta este mes la totalidad de la obra del guionista y director Ricardo Franco muerto el pasado 21 de mayo en pleno rodaje de Lágrimas negras, la que sin duda hubiese sido la mejor y más personal de sus películas. Un proyecto que no quiso producir nadie antes del gran éxito de La buena estrella (1997) que obtuvo cinco goyas entre ellos el de mejor película y mejor director. Lógica consecuencia de la última y mejor parte de su obra cinematográfica la que comienza con el excelente documental sobre los hermanos Panero: Después de tantos años (1994), que resultó un fracaso de taquilla.Este bien organizado homenaje sirve para descubrir la parte menos conocida de la obra para cine y televisión de uno de los directores españoles actuales menos considerados por la crítica y el público. Se proyectan desde sus iniciales películas marginales, entre ellas el cortometraje Gospel (1969), hasta el personal largo El desastre de Annual (1970), que no se pudo exhibir. La censura del general Franco nunca llegó a prohibirla, simplemente se negó a admitir su existencia. También se ofrece su amplia serie de atractivos y poco conocidos trabajos para televisión, sobre todo en el terreno del documental. Ricardo Franco tuvo su primer éxito con la demasiado cerebral Pascual Duarte (1976), adaptación de la novela de Camilo José Cela, un encargo del productor Elías Querejeta. Más personales resultan ser la irregular Los restos del naufragio (1978), que también protagoniza, donde trata de hacer una síntesis entre la aventura y la locura, y la fallida San Judas de la Frontera (1984), que rueda en coproducción entre México y Estados Unidos.

Compositor

El sueño de Tánger (1986) es un intento de recuperar el más tradicional cine de amor y aventuras, pero que fracasa por absurdos problemas de producción. Berlín Blues (1988) es un irregular musical que le encargó el productor Emiliano Piedra, protagonizado por la cantante de ópera Julia Migenes. Su interés por la música le lleva a componer para los grupos Tam Tam Go, Los Lunares, Café Quijano, El Mecánico del Swing y el cantante Manzanita.

Entre 1984 y 1996 Ricardo Franco trabaja para televisión y hace desde el magnífico episodio El crimen de las estanqueras de Sevilla (1990), dentro de la serie de ficción La huella del crimen, hasta la durísima trilogía de documentales de la serie Un mundo sin fronteras, integrada por La canción del condenado (1991), sobre la pena de muerte en Estados Unidos, El cielo caerá sobre la tierra (1991), sobre los indios yanomami, y La muerte en la calle (1991), sobre los niños de Brasil.

Guionista y coguionista de todas sus películas, Ricardo Franco también interviene en los de algnas producciones ajenas.