Dos muertos al inhalar gas tóxico liberado por un calentador de agua
La alemana Ellen Koch, de 22 años, y el australiano Johnatan Phelan, de 23, fallecieron ayer en la calle de Almadén, número 8 (Centro), al inhalar el monóxido de carbono liberado por una mala combustión del calentador de agua. Los dos fueron hallados por los bomberos sobre las siete de la tarde. Él se encontraba tirado en la ducha, y ella, tumbada en la cama. Los fallecidos llevaban cinco meses en la capital.
El vecino del segundo piso, Marcos Biyang, fue el que dio la voz de alarma. Sobre las cuatro de la tarde, le empezó a chorrear agua por el cuarto de baño. También percibía un fuerte olor a gas. Subió para decírselo a sus vecinos e intentar arreglar la gotera. Nadie le abrió la puerta.Entonces decidió llamar a los bomberos. Éstos le dijeron que no podían acudir si no había presentado la correspondiente denuncia en la comisaría. "Estaba bastante enfadado porque ya me ha había ocurrido hace unos meses, que se me formó una gotera por el agua y tardé mucho en que me lo arreglaran. En ningún momento pensé que se trataba de dos muertes, lo cual me ha impresionado muchísimo. No me lo podía esperar", señaló el vecino del segundo.
Biyang intentó localizar a la dueña del piso para que abriera la vivienda. En su número de teléfono sólo respondía un contestador, por lo que no pudo localizarla.
El hijo de Biyang se acercó hasta la comisaría del distrito y comunicó los hechos. Los agentes se presentaron y ordenaron a los bomberos, que se habían desplazado hasta el lugar, que abrieran la puerta. En el interior de la vivienda, de unos veinte metros cuadrados, los agentes percibieron un fuerte olor a gas. El joven australiano se encontraba tendido en la ducha, con la cabeza por fuera del borde. Ella se hallaba tumbada en la cama.
La primera versión policial, facilitada ayer por la Jefatura Superior de Policía, apuntaba a que el calentador de gas hizo mal la combustión y comenzó a emitir monóxido de carbono. Primero falleció él, que perdió el conocimiento y cayó redondo al suelo. La muerte le sorprendió a ella, que ni siquiera se había movido. Las primeras investigaciones calculan que los fallecimientos se produjeron sobre las doce de la mañana, señaló un portavoz policial.
Los agentes desplazados hasta el lugar avisaron al Samur, que intentó reanimar a las dos víctimas. Les dieron masajes cardiorrespiratorios, que resultaron infructuosos. Al final sólo pudieron certificar su defunción. Los agentes de policía prohibieron a los vecinos de los pisos superiores que subieran a sus viviendas.
Cinco meses en Madrid
Los dos jóvenes llevaban en Madrid unos cinco meses. Vivían en el piso de alquiler. Una amiga que los conocía señaló visiblemente afectada que eran dos personas "muy buenas". "Ella era muy amable y siempre saludaba cuando nos veíamos en la escalera. El no sabía hablar español y no teníamos casi relación. Sólo coincidíamos con ellos en la escalera, pero la verdad es que no teníamos mucha relación con ellos", señaló Marcos Biyang.
La juez de guardia, la titular del Juzgado número 32, ordenó el levantamiento de los dos cuerpos sobre las nueve de la noche. Fueron trasladados al Instituto Anatómico Forense, donde hoy se les practicará la autopsia.
Una amiga de los afectados acudió anoche a las embajadas de Alemania y Australia para intentar localizar a los familiares de los fallecidos.
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