CiU y PP proyectan desbancar a Clos de la alcaldía después de las autonómicas
Convergència i Unió (CiU) y el Partido Popular (PP) tienen ya un esbozo de cuáles deben ser sus pasos a seguir para llegar a la alcaldía de Barcelona. Un proyecto ya perfilado por ambas formaciones es desbancar a Joan Clos -en caso de que éste venciera- con una moción de censura después de las elecciones autonómicas. En las filas convergentes se da casi por seguro que la lista del PSC en las elecciones municipales será la más votada, pero no se está por la labor de pactar inmediatamente con el PP en el Ayuntamiento, porque esta comunión les puede perjudicar en la autonómicas.
Al despejarse ya la incógnita sobre la fecha de las elecciones autonómicas, los grupos que ahora están en la oposición en el Ayuntamiento de Barcelona -CiU y PP- barajan hipótesis para conseguir gobernar la ciudad. Pese a que el alcaldable de CiU por Barcelona, Joaquim Molins, insiste en afirmar que la coalición nacionalista conseguirá ser la más votada en la capital catalana, en CiU se parte de la base que lo más probable es que sea la lista que encabece Clos la que obtenga más votos, pero con limitaciones: no más de 19 regidores. Fuentes convergentes señalaron que, según las encuestas y otras informaciones que barajan, su techo se sitúa en 16 concejales. En cuanto a las otras formaciones , tanto CiU como PSC creen que PI e Iniciativa per Catalunya -que ahora forman gobierno con el PSC- no obtendrán suficiente representación como para revalidar la fórmula; y en similar situación colocan a Esquerra Republicana. Así las cosas, en CiU y en el PP prevén que Clos pueda asumir la alcaldía, pero en minoría. En este caso, ambas formaciones esperarían la celebración de las elecciones autonómicas para presentar una moción de censura que desalojara a Clos de la alcaldía. La posibilidad de que el PP y CiU se alíen de forma inmediata después de las municipales del 13 de junio para acceder al gobierno de la ciudad está prácticamente descartada en la coalición nacionalista, aunque sería la preferida por el PP. Uno de los principales motivos de esa negativa es la factura que probablemente pagaría CiU ante su propio electorado en las autonómicas de otoño. Por eso, la estrategia de la coalición nacionalista consiste en dejar pasar unos meses. Espera El PP es también plenamente consciente de que sus deseos de incorporarse al gobierno de Barcelona deberán aplazarse, si llegan a producirse las circunstancias por ellos deseadas, por lo menos hasta después de las autonómicas, cuando no después de las generales. La dirección conservadora tiene como objetivo prioritario tomar las riendas por primera vez de las instituciones más importantes de Cataluña y, lógicamente, Barcelona es una plaza emblemática. "Al igual que sucedió en el resto de España, nosotros también necesitamos tocar poder para demostrar que no nos comemos a nadie", afirmó ayer un destacado dirigente conservador, quien dejó claro que para aupar a Joaquim Molins a la alcaldía de Barcelona, el PP debe quedar integrado en puestos preferentes del equipo de gobierno del Consistorio barcelonés. Aun así, desde el PP se asume que es prácticamente imposible concretar un pacto tras las municipales. En el PP está muy extendida la idea de que CiU también tiene voluntad de acuerdo, pero que Jordi Pujol no puede aceptar concurrir a las autonómicas habiendo pactado con el PP en Barcelona. Asumidas ambas premisas -gran interés en incorporarse al gobierno de Barcelona y asunción de que no será posible hasta después de las autonómicas-, el PP contempla con gran normalidad desbancar a Clos tras el próximo ciclo electoral. No obstante, las cábalas actuales del PP no son tanto las perspectivas poselectorales sino designar a su cabeza de lista en Barcelona. La alteración del calendario electoral previsto ha vuelto a situar al propio presidente regional y candidato a las autonómicas, Alberto Fernández Díaz, como alcaldable más probable, a pesar de que el doblete moleste a algunos sectores del partido. Fernández Díaz aseguró ayer que la designación no se realizará hasta que concluya el congreso nacional del PP, que se celebrará entre el 29 y el 31 de enero. Fernández Díaz no cerró ayer la puerta a esta posibilidad y sus colaboradores dan por hecho que ésta es, además, su opción preferida. Por un lado, porque el presidente del PP en Cataluña no ha sido aún ninguna vez cabeza de lista y las elecciones municipales de Barcelona suponen un magnífico entrenamiento para enfrentarse después con dos pesos pesados como Jordi Pujol y Pasqual Maragall. Por otro lado, porque el dirigente conservador se siente especialmente preparado para afrontar las municipales de Barcelona por su larga experiencia como concejal.
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