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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Mañanas y tardes

ESPAÑA ES el único de los grandes países europeos donde las oficinas de los bancos no abren por las tardes. Los empleados de la banca generalmente trabajan entre las ocho de la mañana y las tres de la tarde cinco días a la semana, y algunos lo hacen los sábados, entre las ocho de la mañana,y las 13.30, salvo en los meses de verano. El horario de atención a los consumidores es todavía más reducido, puesto que los bancos no abren sus puertas a los clientes hasta las nueve de la mañana, para cerrarlas a las dos de la tarde.Una mayoría de consumidores opina que este horario es insuficiente y debe ser reformado. Para que los usuarios pudieran beneficiarse del cambio, el criterio' conductor de esta reforma debe atender una creciente demanda para que las oficinas bancarias abran en un turno de tarde o, como mínimo, durante las horas que en España se dedican habitualmente a la comida, entre dos y cinco de la tarde.

La persistencia del vigente horario anticomercial, tan poco útil para los consumidores, debe atribuirse en principio a la inflexibilidad de los sindicatos mayoritarios en el sector bancario español. Con un criterio que bien puede calificarse de corporativo, que parece enfocado exclusivamente a defender los intereses de sus escasos afiliados en la banca, las organizaciones sindicales han defendido la reducción permanente de los horarios laborales, además de la mejora del poder adquisitivo. El problema radica en que no es posible defender y conseguir mejoras absolutas siempre, haciendo caso omiso de las condiciones del entorno. Ahora las circunstancias están cambiando. Al menos una parte de los sindicatos empieza a ser consciente de que el sector bancario tiene pendiente un ajuste muy serio de empleo, y que la flexibilidad laboral es una vía muy eficaz para atenuar el recorte de los puestos de trabajo.

El resultado de este cambio de perspectiva es que algunos sindicatos empiezan a entender la libertad de horario como un beneficio para el consumidor y para los intereses de los trabajadores del sector. Un buen ejemplo de este cambio es el acuerdo firmado por el Deutsche Bank y Comisiones Obreras (CC 00), que permite a la filial española del banco alemán abrir todas las tardes hasta las cinco de la tarde. Éste sería quizá el momento adecuado para que los bancos y sus representantes intensificaran las negociaciones con los sindicatos partidarios del cambio -CC OO, mientras que UGT se opone radicalmente- para sustituir los horarios actuales por los que resulten más beneficiosos para sus clientes. Las cajas de ahorro son, hasta ahora, la avanzadilla de la ampliación de la jornada, aunque de forma tímida e insuficiente: las tardes de los jueves pueden abrir sus oficinas hasta las ocho de la tarde.

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Hay que precisar también que los bancos no son instituciones que defiendan con entusiasmo la ampliación de los horarios o la apertura de las oficinas en turnos de tarde, aunque sí son más sensibles a la necesidad de aumentar las horas de oficina. La extensión de las horas de atención al público multiplica los postes de las entidades, y los estrategas del sector financiero tienen serias dudas de que la atención directa al cliente sea el camino que ha' de elegir la banca para rentabilizar los cambios tecnológicos que se están introduciendo en bancos y cajas, como los servicios informáticos o la banca por teléfono.

Pero los horarios bancarios, como los de cualquier otro servicio comercial, deben estar pensados en función de las necesidades de los clientes. Las entidades financieras deben actuar con la máxima flexibilidad, en atención a las características de quienes usan,sus oficinas y no sólo en virtud de acuerdos globales que destruyen la competitividad por el procedimiento de anular las diferencias. La libertad de horarios es un avance, y la apertura de las oficinas bancarias por las tardes o a la hora de comer forma parte de esa libertad que exigen los consumidores.

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