Pasqua ahonda la división de la derecha francesa al ir solo a las europeas

La recomposición de la derecha francesa aún está lejos. Desde las legislativas perdidas de 1997 las distintas familias andan a la greña. Ahora Charles Pasqua, cofundador con Jacques Chirac de la neogaullista Unión para la República (RPR) en 1976, dos veces ministro, ha anunciado que presentará una lista propia en las próximas elecciones europeas, en junio.

Pasqua, que lideró junto a Philippe Séguin -hoy presidente del RPR- la campaña antimaastrichiana de 1992, confía en ganarse los votos de "los republicanos de las dos orillas". En efecto, Pasqua quiere no sólo recuperar los sufragios "de esos electores del Frente Nacional que antes nos votaban a nosotros" sino también atraerse a "todos aquellos que se sienten vinculados a la noción de nación francesa y desean ver nacer una gran corriente en favor de la soberanía".Entre estos últimos están, además de quienes apoyaron a Séguin cuando luchaba contra Maastricht, personalidades que en su día jugaron un papel entre los socialistas, como es el caso del escritor Max Gallo, antiguo portavoz de François Mitterrand. La operación de Pasqua, secundada por el conservador católico Philippe de Villiers, se justifica en el hecho de que el presidente Chirac no haya convocado un referéndum para aprobar el tratado de Amsterdam y haya preferido que sean los senadores y diputados quienes validen las modificaciones constitucionales a que obliga el tratado. "El presidente actúa en contra del espíritu de las instituciones de la V República", afirma Pasqua, "al desposeer a los franceses de su posibilidad de expresarse".

La iniciativa, que es un torpedo lanzado contra el RPR pero también contra el propio Chirac, se dio a conocer el día siguiente del nacimiento del euro. En buena lógica el exministro debiera ser expulsado del RPR, pero con ello se corre el riesgo de reforzar su imagen de continuador legítimo del nacionalismo gaullista.