Miles de empleados bancarios cambian su informática ante la llegada del euro
Los políticos dan ejemplo al realizar las primeras compras con la nueva moneda europea
La fiebre del euro ya ha llegado. Miles de empleados y directivos de la banca privada y de los bancos centrales europeos han pasado el fin de semana en su puesto de trabajo. Como muchos otros europeos, ellos no han podido hacer como el ministro alemán de Finanzas, Oskar Lafontaine, que sigue de vacaciones a pesar de que desde el 1 de enero él encarna la representación exterior del euro al haber asumido Alemania la presidencia de la Unión Europea. Todas las agencias de noticias explican la puesta en marcha del euro, que mañana vivirá su bautismo de fuego al empezar a cotizar en los mercados. Pero algunos europeos no han querido esperar y se han acogido a la posibilidad de hacer ya algunos pagos en euros.
La moneda europea puede ya ser utilizada para realizar pagos a través de tarjetas de crédito o en cheques. Entre el 1 de enero de este año y el 1 de enero del 2002, esos pagos son ya legales, aunque no es obligatorio aceptarlos. Así lo ha subrayado a sus conciudadanos el presidente del Banco de Italia, Antonio Fazio, a los que ha recordado que la lira sigue viva. "Si ofrezco liras para hacer un pago, la otra parte está obligada a aceptarlas, pero si quiero pagar en euros, bien sea a través de una carta de crédito o de un cheque, los demás tienen derecho a rechazarlos", subraya en una entrevista publicada en Il Corriere della Sera.El comisario de Asuntos Monetarios, Yves-Thibault de Silguy, ha sido uno de los primeros usuarios del euro. En un establecimiento de los Campos Elíseos parisienses abonó unas compras con un cheque por valor de 141,94 euros (23.617 pesetas). Naturalmente, pudo pagar en euros porque el establecimiento así lo aceptó de forma voluntaria.
En Helsinki, una pareja intentó pagar en euros su cuenta en el hotel Marski, un establecimiento de cuatro estrellas en el centro de la capital finlandesa. Al principio topó con la sorpresa y la hilaridad del cajero del hotel. Pero, realizadas las oportunas consultas a la superioridad, el hotel aceptó el pago en la nueva divisa europea, de la que también forma parte el marco finlandés.
Pero hasta ahora las compras en euros son escasas, entre otras razones porque no se pueden realizar en efectivo. En Alemania, el Gobierno aceptó que los comercios prolongaran en dos horas su horario de apertura al público. Pero "los pagos en euros apenas se utilizan", afirma Wolfgang Wirz, director de la cadena de almacenes Karstadt en Dresde.
Fiebre en la City
En las oficinas bancarias y financieras sí se palpa la fiebre del euro. A pesar de que el Reino Unido se ha mantenido voluntariamente al margen del euro, es en Londres donde más gente ha tenido que acudir este fin de semana a la oficina. Más de 30.000 empleados y directivos de la City -donde tienen su sede más de quinientos bancos extranjeros- han participado en la adecuación de los sistemas informáticos para recibir al euro. Lo que da una idea del enorme potencial que mantiene Londres como plaza financiera europea.
El 60% de las operaciones de la Bolsa londinense afecta a valores extranjeros, muchos de ellos de empresas de la zona euro. La prensa británica estima en 65 billones de pesetas el valor de las acciones que pasan a denominarse en euros y en 294 billones de pesetas los bonos del Estado. La línea de metro que lleva a la City ha permanecido abierta el fin de semana pagada por las financieras. El subgobernador del Banco de Inglaterra, David Clementi, ha hecho un llamamiento para que "todo el mundo permanezca en estado de alerta la semana que viene" para afrontar cualquier imprevisto.
Todos los bancos europeos consultados por las agencias se han declarado satisfechos de los trabajos realizados. Desde el portavoz en Europa de la firma norteamericana Merril Lynch hasta el ABN holandés. "Sabemos lo que tenemos que hacer, y está todo bajo control", afirmó un portavoz de este banco.
En Italia, el banco central ha movilizado a trescientas personas durante todo el fin de semana. En el San Paolo-IMI, cuatro millones de clientes pueden ya consultar su saldos en euros. Y en la Bolsa de Milán se afirma que "todo está ya listo" para el gran estreno.
En París, el conjunto de los establecimientos financieros se han declarado muy satisfechos del desarrollo de los trabajos, que deberían haber finalizado ayer noche. El conjunto de los bancos, bolsas y establecimientos financieros dedicarán el día de hoy a realizar pruebas para asegurarse de que los sistemas funcionarán correctamente cuando mañana, lunes, se inicien las operaciones en euros.
La banca privada alemana también se ha movilizado. Más de dos mil personas acudieron al Deutsche Bank, primer banco del país. El Dresdner Bank movilizó a 3.200 personas, dedicadas sobre todo a modificar los archivos para integrar el nuevo precio de las acciones denominadas en euros y para modificar 4.000 programas informáticos.
En Francfort, el portavoz del Banco Central Europeo (BCE), Manfred Körber, se declaró también muy satisfecho del proceso, en el que han trabajado 150 funcionarios del banco. Los directivos del banco se han prodigado en apoyo de la nueva divisa. El euro no debería sufrir una apreciación excesiva frente al dólar y frente al yen, según los pronósticos realizados por Christian Noyer, vicepresidente del BCE. En una entrevista publicada ayer por el diario alemán Frankfurter Algemeine Zeitung, Noyer afirma que la política monetaria del BCE no tiene por objetivo llevar al euro "a un nivel excesivamente elevado", y destaca "la relativa estabilidad" de la zona euro frente al dólar pese las turbulencias en Asia.
A juicio del vocal español del BCE, Eugenio Domingo Solans, "todo está pensado para resolver cualquier problema que surja", aunque "cruzaré los dedos el día 4 de enero" para espantar el mal fario. El vocal alemán, Ottmar Issing, asegura que "no hay peligro de deflación" en la economía europea.
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