_
_
_
_

Chiapas impide la normalización de México tras cinco años de rebelión

Juan Jesús Aznárez

A cinco años del alzamiento zapatista en Chiapas, y pese a las inversiones efectuadas por el Gobierno para desarrollar el empobrecido Estado sureño y de esta manera restar apoyo civil y razones a la guerrilla del subcomandante Marcos, la marginación de siempre no ha sido derrotada, y los campesinos de las zonas en conflicto permanecen en la miseria o en precario.

La madrugada del primero de enero de 1994, en una insurrección que asombró al mundo porque las otras americanas ya habían concluido o declinaban, cientos de indígenas armados, algunos con escopetas de madera, ocuparon cinco poblaciones, llegaron hasta San Cristóbal de las Casas, y dictaron leyes revolucionarias. Pocos días más tarde, después de cuatro balazos, se replegaron a las profundidades de la selva Lacandona, y quedó abierta una guerra de comunicados y denuncias, un debate nacional sobre la situación de los 10 millones de indígenas mexicanos que aún prosigue y divide. La crisis de los altos de Chiapas impide la normalización política de México, periódicamente reaparece envenenada y sangrienta, y ningún esfuerzo para solucionarla ha tenido éxito.

Diálogo suspendido

Desde septiembre de 1996, el diálogo con el Gobierno continúa suspendido, las instancias de mediación fracasaron, y las que ahora se intentan no prosperan. El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) se retiró hace dos años de las negociaciones, acusando al Ejecutivo de incumplir los acuerdos de San Andrés sobre derechos y culturas indígenas, cuya aprobación legislativa se hubiera traducido en enmiendas constitucionales.La Administración argumentó que varios artículos amenazaban la integridad territorial del país, y la aplicación de otros conduciría a choques civiles. Presentó un proyecto de ley que fue rechazado por los zapatistas. La lectura de estos cinco años efectuada por el secretario (ministro) de Gobernación, Francisco Labastida, que sutituyó al defenestrado por la matanza de Acteal, donde 45 indígenas prozapatistas fueron asesinados, "es pésima y negativa, principalmente para los que el EZLN dice defender, los índígenas y los pobres".

Este conflicto, afirmó el ministro, no es el más peliagudo de su cartera pese a su gran repercusión pública, política, porque "es sólo una pequeña parte del Estado (de Chiapas) y en términos de vida de los habitantes atañe a una pequeña parte del país". Labastida acepta una entrevista con Marcos pero no para salir en la foto, sino "para poner punto final al conflicto de Chiapas". No será fácil alcanzarlo antes de las elecciones presidenciales del 2000, cuya proximidad determina en buena medida la agenda mexicana.

De acuerdo con el escritor mexicano Carlos Fuentes, el movimiento del 1 de enero de 1994 fue, fundamentalmente, un grito de alarma.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_