Ibarretxe dice que habrá paz si se respetan las decisiones que se tomen en Euskadi

Juan José Ibarretxe se convirtió anoche en el nuevo presidente del Gobierno vasco por mayoría absoluta y en primera vuelta gracias al apoyo que le prestó Euskal Herritarrok (EH), antes HB. Ibarretxe, de 41 años, consiguió así el apoyo unánime de las formaciones nacionalistas representadas en el Parlamento vasco. A los 21 votos de su propio partido, el nuevo lehendakari sumó los seis de Eusko Alkartasuna, su socio en el Gobierno, y 13 de EH, ya que faltó uno de sus parlamentarios. Ha sido la primera vez que la izquierda radical independentista, coincidente en sus tesis con ETA, apoya con su voto la investidura de un lehendakari.

Ibarretxe, que hasta ahora había ocupado la vicepresidencia del Gobierno, insistió en su intervención en la necesidad de respetar lo que los partidos nacionalistas han denominado ámbito vasco de decisión; es decir, el respeto por parte de las instancias del Estado de aquellas decisiones que adopten las instituciones vascas. Ésa y no otra, enfatizó, será "la clave del proceso de pacificación" abierto tras la tregua de ETA. En esa línea insistió el portavoz de EH, Arnaldo Otegi, que condicionó su futuro apoyo al Ejecutivo al cumplimiento de tal premisa, eje del acuerdo que las fuerzas nacionalistas suscribieron en el Pacto de Lizarra. Para Otegi, Euskadi se encuentra en un momento de transición marcado por la tregua. "ETA", añadió, "abre una puerta a este pueblo y da la oportunidad de impulsar un proceso soberanista". Las críticas a Lizarra centraron los discursos de Carlos Iturgaiz, del PP, y del socialista Nicolás Redondo Terreros. El primero contrapuso al ámbito vasco de decisión su propuesta de "marco vasco de convivencia". Para Redondo, el pacto de las fuerzas nacionalistas imposibilita cualquier acuerdo con su partido. Uno y otro creen que los acuerdos con HB condicionarán al nuevo Gobierno.