Pujol admite que la controversia sobre la fecha electoral le perjudica, pero mantiene la incógnita

Jordi Pujol admitió ayer por primera vez que el largo y controvertido debate sobre la fecha de las elecciones catalanas le lesiona electoralmente. "No quiero hablar más de esto porque me perjudico a mí mismo", respondió ayer en conferencia de prensa a las preguntas sobre el cuándo del cuándo: cuándo anunciará la convocatoria y cuándo se celebrarán las elecciones. Pese a la confirmación de que la perpetuación del dilema entre marzo y noviembre de 1999 le resulta perjudicial, Pujol tampoco quiso desvelar ayer la incógnita de la fecha electoral. Fuentes próximas al presidente de la Generalitat indicaron que el anuncio se hará probablemente la primera semana de enero.

Como si quisiera que la clase política, los medios de comunicación y los electores catalanes entrasen en el nuevo año tarareando el Dimmi quando... quando... quando... que el italiano Toni Renis popularizó en los años sesenta, Jordi Pujol sigue manteniendo en pie la incógnita sobre el calendario electoral. Muchos colaboradores del presidente de la Generalitat llevan varias semanas advirtiéndole que la prolongación de este debate resulta lesiva para sus intereses electorales. Hasta él mismo confirmó ayer este extremo, pero aun así se resistió a desvelar la fecha en que los ciudadanos catalanes habrán de acudir a las urnas autonómicas. Sólo accedió a asegurar que de ningún modo hará coincidir el anuncio con la visita que hará mañana, día 31, al rey Juan Carlos en Baqueira-Beret para desearle un buen año 1999. "Sería una descortesía con el Rey aprovechar ese encuentro para comunicar noticias muy importantes que corresponde darlas en otro ámbito", dijo el presidente catalán en su última conferencia de prensa del año, tradicionalmente dedicada a glosar la gestión de su Gobierno. Pero Pujol calló otra razón que, según fuentes de la presidencia de la Generalitat, desaconseja anunciar mañana la convocatoria electoral: el día siguiente, Año Nuevo, no hay diarios. Descartado el día 31, sólo quedaría hoy mismo, día 30, para que Pujol hiciera el anuncio dentro de este año. Pero el día de hoy también plantea problemas de importancia. Por una parte, el presidente de la Generalitat pronunciará hoy su tradicional discurso de fin de año, el cual quedaría irremisiblemente eclipsado si coincidiera con el anuncio electoral. Por otra, Pujol lleva varios días diciendo que no desvelará la fecha de los comicios antes de que el Parlament apruebe la ley de acompañamiento de los presupuestos de la Generalitat para 1999. Pero el pleno del Parlament difícilmente zanjará este asunto antes de las 22.00 horas de hoy. Y revelar la fecha de las elecciones a esas horas, después de tanto tiempo de debate público, conferiría al anuncio unas connotaciones de urgencia y nocturnidad claramente negativas para Pujol Si no media ninguna sorpresa, Pujol mantendrá la incógnita al menos hasta el día 4 de enero, según diversas fuentes próximas al presidente. Las mismas fuentes no descartaron que el anuncio quede postergado hasta después de la festividad de los Reyes Magos. Cansancio en CiU Si Pujol ha decidido que los catalanes acudan a las urnas el 7 de marzo -fecha que la mayoría de los dirigentes nacionalistas consideran más probable para la convocatoria autonómica, pese a las presiones del aparato de Convergència Democràtica para que el presidente agote la legislatura y convoque las elecciones en noviembre-, la fecha límite para anunciar la convocatoria es el 12 de enero. Si quisiera convocar las elecciones el 28 de febrero, la fecha límite para hacerlo sería el 5 de enero. En cualquier caso, esta incertidumbre ha llegado a cansar a los propios dirigentes de la coalición nacionalista Convergència i Unió. Muchos de ellos no ocultan su disconformidad, siempre en privado, con el modo en que Pujol está manejando este asunto. .