Las divisiones obligan a aplazar la cumbre de la Liga Árabe
La Liga Árabe pospuso ayer hasta el 24 de enero, a instancias de Arabia Saudí, una reunión ministerial que debía tratar sobre la crisis de Irak. La convocatoria, prevista en principio para mañana, respondía a una petición de Yemen y tenía por objeto proponer la celebración de una cumbre árabe monográfica para analizar la situación creada tras los recientes bombardeos aliados.
"La reunión ha sido pospuesta a petición de los países del Consejo de Cooperación del Golfo", informó el secretario general de la Liga, el egipcio Esmat Abdel Meguid.
Arabia Saudí, jefe de fila de las monarquías árabes ribereñas del golfo Pérsico, se opone a una cumbre de este tipo por miedo a que en ésta se adopte una resolución proiraquí, como un apoyo al levantamiento del embargo, y que agrave las disensiones interárabes. El jefe de la diplomacia saudí, el príncipe Saud al Faisal, viajó el domingo a El Cairo para exponer la postura de su país a las autoridades egipcias y al secretariado de la Liga Árabe, que tiene allí su sede.
"No es realista pensar que ciertos países árabes hermanos vayan a aceptar acudir a una cumbre en la que participará también al más alto nivel la dirección iraquí", declaró en la capital egipcia Osama al Baz, consejero político del presidente Hosni Mubarak.
En una entrevista con el diario Al Gomhuría, Mubarak precisó ayer su postura personal ante los recientes ataques aliados sobre Irak y recordó que su país se opuso a los bombardeos anglo norteamericanos, pero que eso tampoco representa un apoyo a Sadam. "Desde el principio, nos opusimos por fuerza al ataque aéreo llevado a cabo por EEUU y el Reino Unido sobre Irak, porque son los iraquíes, y no Sadam Husein, los que pagan el precio", declaró el presidente Mubarak al periódico estatal.
