Balones
Señora ministra de Cultura:Me llamo Gedeón Morilla Airén, tengo 55 años, soy vidente-adivino y regento un taller de nigromancia en el barrio de Chamartín. Actualmente me encuentro en Tegucigalpa organizando un congreso internacional de espiritismo. Mantengo relaciones fluidas con el más allá. Todo lo profundo me fascina, por eso me he metido en Honduras.
Aquí se valora un montón la cultura española; muchos, incluso, saben de memoria las obras completas del ariete Raúl González y poemas escogidos de Davor Suker, traducidos al castellano por la doctora Ana García Obregón. Mal que les pese a algunos desorientados, el fútbol es una unidad de destino en lo universal, y el Real Madrid es portador de balones eternos (el Atlético es sueño, razón por la cual mitifica a los colchones).
El jueves cayó en mis manos un periódico donde se daba inquietante información de la Liga española. Me dio una angina de pecho al constatar la situación de los equipos madrileños en la tabla. Ayer me dieron el alta y reuní a un grupo de hechiceros indígenas. Realizamos un conjuro evocando a don Santiago Bernabéu y a don Vicente Calderón, que acudieron de inmediato, taciturnos. Don Santiago dijo: "Todo lo que ocurre es consecuencia del huracán Mitch, que en Centroamérica se ha cebado con los pobres, pero en el fútbol ha machacado la soberbia de los poderosos". Platicamos con los espíritus largo y tendido.
Resumo en tres puntos el oráculo: 1. Cibeles está hasta el moño de que trepen por su estatua los merengues cada vez que perpetran una gesta. 2. Neptuno abomina de la dialéctica del señor Gil. 3. Los vestuarios de ambos equipos precisan de un ciclón que humille a las vedettes y permita trabajar a los entrenadores. Doña Esperanza, usted que es tan graciosa y sabe bailar el chachachá, meta un golazo a la opinión pública internacional poniendo al Madrid donde le corresponde y al Atlético en el segundo puesto, que es lo suyo.
PD.: Felices fiestas, Madrid. En Honduras se piensa mucho en ti.
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