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La religión es un derecho

Con las agitadas prisas, normales en esta semana prenavideña, en comprar pavos, árboles y regalos, cada vez dedicamos menos tiempo a pensar en el significado religioso de estos días. Es incluso más improbable que reflexionemos sobre la libertad que tenemos en Europa occidental para elegir en qué creer y rendir culto. Si elegimos asistir a un concierto de villancicos o ir a una ceremonia religiosa, no vamos a perder nuestros trabajos, ni vamos a ser vetados en un partido político. (...) La idea es, por supuesto, descabellada. ¿O no lo es? Que algunos derechos humanos están más de moda que otros no ha sido el tema que haya aflorado en las celebraciones, a comienzos de este mes, del 50º aniversario de la Declaración de Derechos Humanos de la ONU. La libertad de credo es la segunda, después de la libertad de expresión, en la Declaración, pero en el seglar Occidente la gente de creencias minoritarias, sobre todo musulmanes, defienden apasionadamente que es en este tema en el que el liberalismo occidental muestra su propia ciega intolerancia. (...) Con el pánico histérico que se desató en la Europa francófona tras los horribles suicidios y asesinatos del Templo Solar en 1994, la libertad de credo ha sido un fácil sacrificio en varias democracias liberales. (...) En una cultura seglar en la que cada vez hay menos respeto para cualquier forma de fe, se ha convertido en un tema sin mucha celebridad. Pero no se puede elegir de qué derechos humanos se van a hacer bandera sin menoscabar la legitimidad de todos ellos.

24 de diciembre

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