Bruselas investiga un pago a un periodista que denunció la corrupción en la Comisión Europea
La Comisión Europea preparó ayer el contraataque a las críticas recibidas del Parlamento Europeo y de un sector de la prensa, especialmente nórdica. Decidió investigar el cheque extendido a un periodista belga -abanderado aparente de la lucha antifraude- por el grupo empresarial Perry, involucrado en el caso de corrupción que ha llevado a un alto funcionario de Bruselas ante el juez penal. Claude Perry es el jefe de la empresa del mismo nombre que intermediaba servicios a 17 direcciones generales de la Comisión, proporcionando informática o personal.
Fue Perry quien pagó a la esposa de Hubert Onidi, funcionario de la oficina humanitaria (ECHO), por servicios aparentemente inexistentes. Onidi fue procesado en julio, a instancias de la Comisión, por presunto desvío de 75 millones de pesetas. Pues bien, la Unidad de Coordinación de la Lucha Antifraude (UCLAF) posee un cheque bancario y una factura (por 277.150 francos belgas, más de un millón de pesetas) extendido por Perry a un periodista, indentificado por las iniciales J. N., de La Meuse-La Lanterne. El pago lleva fecha del 14 de agosto. Poco después, J.N. inició la publicación de una serie de denuncias contra la comisaria Edith Cresson, acusándola de haber contratado irregularmente a personas de su confianza. A renglón seguido, los objetos de crítica fueron sus colegas Manuel Marín y Emma Bonino, fundador y actual responsable de ECHO.El asunto prendió sobre todo en la prensa alemana -siempre con Perry como fuente- y se catapultó hacia el Parlamento Europeo, de la mano de la diputada verde alemana Edith Muller, en plena campaña electoral. Las críticas nórdicas se centraron en los comisarios mediterráneos, hasta desembocar, la semana pasada, en la decisión de la Cámara negando la aprobación de la ejecución del presupuesto de 1996, por defectos en el control del fraude, gracias al peso de los democristianos alemanes, secundados por muchos compatriotas socialistas. El grupo socialista anunció una moción de censura a la Comisión para votar en contra y devolverle el apoyo (en la Eurocámara no hay cuestión de confianza), que se debatirá el 11 de enero y se votará tres días después.
Los comisarios decidieron ayer que antes de llegar a esa cita se debía investigar el alcance exacto de los pagos de Perry al periodista y si hay otros. También estudiaron la posible interposición de acciones contra la televisión pública alemana, por una emisión basada en las acusaciones sin pruebas de Perry, del día 17. Y encomendaron al presidente Jacques Santer que influya al canciller Gerhard Schröder para que los socialdemócratas alemanes se sumen al apoyo a Bruselas que mantienen sus colegas de los otros países. Santer reconoció que arrecia la presión alemana para que fuerce a algún comisario a dimitir.
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