_
_
_
_
_

La nueva autovía causa retenciones en el cinturón y en la A-2

Las previsiones más agoreras se cumplieron. La autovía del Baix Llobregat provocó ayer, un día después de su entrada en servicio, problemas de tráfico. No en la propia autovía, por la que se podía circular de manera rápida, sino en otros puntos de la red viaria, especialmente en el Cinturón Litoral y en la autopista A-2, en la que se registraron enormes colas. La razón es que el Cinturón Litoral se ha convertido en un embudo en el que convergen la autopista y la autovía. Los problemas, en principio, no parece que tengan solución hasta que el cinturón sea ampliado. La autovía del Baix Llobregat desemboca, con dos carriles, en el Cinturón Litoral. La A-2, que va paralela a la autovía, también desvía otros dos carriles al cinturón. Así, a los dos carriles que tiene el cinturón van a parar cuatro carriles y hasta un quinto con los vehículos procedentes de la Diagonal de Barcelona. Este conjunto de factores hizo que ayer la A-2 registrara colas de hasta ocho kilómetros entre la conexión con el Cinturón Litoral y El Papiol. La A-2 sufre la peor parte del efecto embudo porque los carriles que proceden de la autovía tienen preferencia al llegar al cinturón. El aumento del volumen de tráfico en el Cinturón Litoral originó asimismo retenciones hasta el término de Cornellà. Las aglomeraciones en ese tramo causaron además un efecto dominó y afectaron a la circulación de la A-16 a la altura de Sant Boi y a las carreteras que unen localidades del Baix Llobregat entre sí.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_