Al circo cargados de paquetes

La plaza de toros de Leganés (175.000 habitantes) vivió ayer un día histórico, a pesar de que no se organizó ninguna corrida. Cerca de 12.000 escolares del municipio abarrotaron las gradas del coso con un fin solidario. A cambio de material escolar o de alimentos no perecederos para los más necesitados vieron la única representación del circo Bolshói de Moscú en la localidad leganense.Los escolares pertenecían a colegios e institutos públicos y privados del municipio. Desde las diez de la mañana, los autocares no cesaron de apear a menores con ganas de diversión. Su afluencia resultó tan numerosa que se agotaron los autobuses de alquiler del municipio y hubo que recurrir a unos prestados por la empresa que une Leganés con Madrid. Los chavales, con edades comprendidas entre tres y 15 años, entraban con bolsas en las que llevaban sus donativos. Los primeros cálculos de la Concejalía de Cultura, organizadora del acto junto con la de Educación, apuntaban que los chicos habían llevado unas 20 toneladas de alimentos.

A cambio de los paquetes, los chicos recibían un par de globos, un llavero y un cómic de la mascota local, Nensis. "Todo este material lo llevaremos a los países que lo necesiten. Sólo una parte, unas dos toneladas, se quedará aquí, para el comedor de Paquita Gallego y para las iglesias", adelantó el edil de Cultura, Eduardo Cuenca, de Izquierda Unida.

Los niños asistieron durante dos horas a las peripecias del circo moscovita, que para la ocasión se reforzó con los animales y domadores del circo Mundial, situado ahora en el coso de Las Ventas. El responsable de los dos grupos, José María González, explicó que se modificó el programa de tal modo que se combinaron los contorsionistas y los payasos de su espectáculo con los leones blancos de Moscú o los seis camellos rusos. "Además de ser un gesto solidario muy bonito, las actividades de este tipo deberían repetirse más a menudo, porque estamos haciendo que los jóvenes aprendan a amar el circo. Así se les crea una sana afición", explicó González.

Y los chavales disfrutaron de lo lindo. Para muchos, la mañana de ayer trajo una experiencia nueva, sobre todo por tratarse de un espectáculo en el interior de una plaza de toros. "Lo que más me ha gustado han sido los equilibristas y cómo saltan en el columpio. Creo que se debería repetir esto, para que pudiera venir más gente", comentó Jonathan Agüera, un niño de 12 años que estudia en el colegio Gabriel García Márquez y que llevó dos kilos de legumbres para que le franquearan la entrada. "La verdad es que este tipo de actividades está muy bien, porque puedes ayudar a los más necesitados, como ocurre con Centroamérica, a la vez que te diviertes", comentaba una compañera de su colegio, Verónica Cinta.

Cuando los escolares abandonaron el albero circense tras dos horas de diversión, los trabajadores de la Delegación de Cultura y de Protección Civil comenzaron a embalar la comida y el material escolar. Fue tal la avalancha de solidaridad que se quedaron sin cajas de cartón para empaquetar los donativos. No en vano, la plaza de toros logró poner ayer un no hay billetes infantil.