El Ayuntamiento de Valencia da hoy el carpetazo final al solar de Jesuitas
Una polémica que ha durado toda una década y que incluso influyó en la dimisión de un alcalde y de un concejal se cierra hoy en Valencia. La comisión de Urbanismo del Ayuntamiento dará carpetazo final a los expedientes del solar de Jesuitas, con la aprobación de los informes definitivos en torno a la modificación puntual del Plan General y a la permuta de solares con los que la Corporación ha compensado a los propietarios de los terrenos. En el polémico solar se construirá en breve un hotel y a su lado, junto al Botánico, una zona verde que bautizada con el rimbombante nombre de Jardín de las Hespérides, cuya primera piedra puso hace poco la alcaldesa, Rita Barberá. Atrás quedan innumerables negociaciones y movilizaciones ciudadanas, con la plataforma Salvem el Botànic como principal oposición a la construcción en el solar. Éste perteneció antiguamente a los jesuitas -la orden religiosa todavía regenta un colegio en la manzana-, quienes consiguieron que el Ayuntamiento franquista les concediera una edificabilidad superior a los 200.000 metros cuadrados. La primera Corporación democrática redujo el volumen edificable de la manzana, primero hasta 90.000 metros cuadrados, para dejarlo más tarde en algo menos de 60.000, con varios edificios de entre cinco y nueve alturas. Esta última ordenación fue la que en 1988, en la redacción del nuevo Plan General de Ordenación Urbana, defendieron el alcalde socialista Ricard Pérez Casado y su delegado de Urbanismo, Fernando Puente. Y fue la que quedó plasmada en el nuevo planeamiento que el Ayuntamiento envió a la Consejería de Obras Públicas y Urbanismo para su aprobación definitiva. Pero el entonces titular de este departamento autonómico, Rafael Blasco, a la sazón en las filas socialistas y ahora subsecretario de Presidencia de la Generalitat con el PP, aprobó el Plan General aunque modificando la calificación de la manzana, para convertirla en escolar. Pérez Casado y Puente dimitieron. Nuevas rebajas El proceso judicial que los propietarios iniciaron a raíz de ese cambio de calificación desembocó en una sentencia que en 1993 reconoció la edificabilidad y los usos previstos por el Ayuntamiento, que intentó una nueva rebaja y en 1995 aprobó una nueva ordenación de la manzana. Se construirían dos edificios: uno de uso residencial, de 20 plantas, y otro destinado a hotel, de 19. Pero la presión ciudadana obligó al gobierno municipal del PP a buscar otra solución. Para no construir lo previsto, se optó por compensar a los propietarios con solares en los polígonos de Campanar y Ademuz. Finalmente la comisión de Urbanismo cerrará hoy la permuta -eso sí, con un desembolso de casi 5.000 millones de pesetas- y la modificación del Plan General. La polémica manzana de Jesuitas verá nacer en breve un edificio destinado a hotel, de 11 plantas y algo más de 16.000 metros cuadrados edificados, y un lujoso jardín que, en la práctica, quedará para uso exclusivo del hotel, lo que ha sido criticado por los socialistas.
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