Los nacionalistas vascos califican de "mezquino" el acercamiento de presos, y EH llama a la movilización

Los nacionalistas vascos mostraron ayer su "decepción", su "frustración", por un movimiento de presos que consideran "mezquino", "una burla" a las exigencias mayoritarias de la sociedad y del Parlamento vasco. El PNV indicó que "se distancia públicamente de esta política", un "simulacro del acercamiento que exige la ley". EA habló de "error de bulto" de José María Aznar. EH llamó directamente a la movilización. Mientras tanto, la Cámara de Vitoria rechazó una declaración institucional del PSE en apoyo de los cargos públicos del PP que han sufrido amenazas y coacciones.

La oficialización por parte del Gobierno central de trasladar a cárceles del Sur y el Este de la Península a 21 presos etarras fue calificada con un sonoro suspenso por los nacionalistas vascos. Para ellos, la medida tomada por José María Aznar llega con retraso. El gesto debía ser la exigencia que el PNV y las demás formaciones pusieron encima de la mesa hace justamente un año para paralizar la denuncia ante el Tribunal de Estrasburgo de su política penitenciaria.Pero los nacionalistas están ya en otro escenario, el que se ha constituido en Euskadi tras el Acuerdo de Lizarra (Estella) y la tregua de ETA. Así, ayer le recordaron al Ejecutivo que se equivoca al mantener la dispersión. Sus declaraciones destilaban una preocupación evidente y encerraban una cuestión que, por ahora, nadie puede contestar: ¿qué repercusión puede tener esta actitud en la dirección de ETA y el proceso de paz?

En ese sentido, el partido de Xabier Arzalluz pidió a la banda terrorista que continúe con el "cambio estratégico iniciado, superando la impaciencia, sin caer de nuevo en el activismo cruel y estéril, que haría el juego a sectores que desean provocar su vuelta a la lucha armada por intereses personales o electorales".

Por de pronto, portavoces de Gestoras pro Amnistía y de Senideak, la asociación de los familiares de los reclusos, denunciaron el mantenimiento de la dispersión y advirtieron a Aznar que van a "continuar y multiplicar la dinámica de concentraciones ante los cargos del PP".

Jone Goirizelaia, de HB, tildó de "tomadura de pelo" y "burla" la decisión del Gobierno: "Se están riendo de la sociedad de Euskal Herria" porque los movimientos "son de unos 100 kilómetros y no representan ningún avance en el acercamiento". A su juicio, el Ejecutivo "sigue vulnerando la legalidad vigente" y obvia las resoluciones del Congreso por el acercamiento de todos los presos vascos a sus lugares de origen.

La abogada y diputada, que desmintió los datos de Interior de que en las prisiones vascas estén ya más de 80 etarras y se haya excarcelado a 14, advirtió: "Ya no quedan muchas cosas por hacer", salvo la movilización callejera. "Es el momento", dijo, "de salir ya todos juntos a la calle en demanda de esos derechos". La dirección del PNV ya advirtió que, si no había un traslado "significativo" de etarras, apoyaría las movilizaciones organizadas para principios de enero por Senideak.

En términos similares se expresó el presidente de EA, Carlos Garaikoetxea, quien anunció que su formación, "en la medida de sus posibilidades y en todos los terrenos que pueda, no va a aceptar este tipo de cosas". Asimismo, advirtió del riesgo de que esta determinación influya en ETA: "Si volviera a la andadas, sería funesto".

Mientras tanto, la Cámara de Vitoria rechazó una declaración institucional promovida por el PSE en apoyo a los cargos públicos del PP que han sufrido amenazas y coacciones en los últimos días. Sin embargo, ni el PNV ni EA ni EH la aceptaron en los términos en que estaba planteada.

Fernando Buesa, portavoz adjunto de los socialistas, que retomarán la iniciativa y han presentado una proposición no de ley al respecto, se lamentó de que los nacionalistas les hayan vuelto la espalda: "Si quienes representan a los ciudadanos no pueden pedir el emparo en este Parlamento, este Parlamento queda en mal lugar como una institución que debe ser templo de la libertad".