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BOMBARDEO EN IRAK

Clinton niega haber bombardeado Irak para evitar el voto de destitución

Bill Clinton negó ayer haber ordenado el ataque contra Irak para recuperar popularidad y retrasar la sesión del Congreso sobre su impeachment o procesamiento para la destitución. "Ninguna persona seria puede pensar que un presidente haga algo semejante", dijo. "Yo hice lo correcto para el país. Le dimos a Sadam una oportunidad tras otra y las rechazó, así que ahora vamos a terminar esta misión". Sus palabras no acallaron las críticas, inusitadas en Estados Unidos, por la coincidencia entre el ataque y el impeachment. Ni detuvieron el deseo republicano de comenzar hoy mismo el procesamiento.

El objetivo de la Operación Zorro del Desierto, que ayer desencadenó su segunda oleada de ataques, es, según Clinton, "reducir la capacidad iraquí para fabricar armas de destrucción masiva o amenazar a sus vecinos". Pese a todas las críticas, el presidente de EEUU se declaró legitimado por la advertencia de que la próxima vez actuaría sin avisar, que hizo el mes pasado al detener un ataque contra Irak cuando los aviones ya volaban hacia sus objetivos."Dejé entonces muy claro que le daba a Sadam una última oportunidad de cooperar, pero el martes los inspectores de Unscom concluyeron que no podían seguir trabajando, dijo, en alusión al informe de Richard Buttler. "Sadam", añadió, "ha usado en el pasado armas de destrucción masiva y misiles balísticos, y no tengo la menor duda de que volverá a usarlos si le permitimos desarrollarlos".

Clinton volvió a justificar el momento del ataque no por la inminencia de su impeachment, sino del Ramadán. "Quisimos", dijo, "evitar cualquier acción militar durante el mes sagrado musulmán del Ramadán, que comienza en un par de días". Su secretario de Defensa, Richard Cohen, se negó luego a precisar si la operación terminará antes de ese momento. Colocado en una situación muy difícil, el pleno extraordinario de la Cámara de Representantes, convocado para procesar a Clinton por cuatro presuntos delitos cometidos en el caso Lewinsky, cambió ayer de tercio y emitió una resolución unánime de apoyo a las tropas norteamericanas, que no al presidente, que participan en la ofensiva. Pero muchos republicanos compartían la sospecha de su correligionario Bob Barr de que esta operación sigue el guión de Cortina de humo, la película en la que un presidente en apuros por sus relaciones sexuales con una menor organiza una guerrita con Albania.

Una discusión sin precedentes se desarrollaba anoche en el Capitolio. Bob Livingston, el nuevo líder republicano en la Cámara de Representantes, pedía a los congresistas que sigan en Washington para comenzar hoy el debate sobre el impeachment y votar mañana, aunque no hayan terminado las hostilidades. Dirigidos por Richard Gephardt, los demócratas batallaban para aplazar la sesión hasta el fin del ataque a Irak. "¡Los republicanos quieren procesar al presidente mientras dirige una operación bélica!", exclamó un indignado Gephardt ante unos 2.000 manifestantes demócratas convocados frente al Capitolio por el reverendo Jesse Jackson. "El empeño republicano", afirmó el congresista demócrata Patrick Kennedy, "puede poner en peligro la vida de nuestros hombres y mujeres en uniforme que combaten en estos momentos a Sadam". En las filas republicanas era patente el deseo de no permitir que Clinton -"un presidente desesperado capaz de cualquier cosa", según el congresista Gerald Salomon- use la política de la cañonera para escapar al procesamiento. "Necesitamos un presidente al que podamos creer y no un mentiroso", dijo Dana Rohrabacher. "¿Por qué no ordenó el ataque un mes antes, por qué no un mes después?", se preguntó Solomon. "Si Clinton mintió respecto a sus relaciones con Lewinsky, ¿por qué hemos de creer ahora que es tan urgente bombardear Irak?", dijo James Greenwood. "Clinton", replicó el demócrata Gephardt, "hubiera sido criticado por los republicanos hiciera lo que hiciera. Si no atacaba, por debilidad; y si lo hacía, por oportunismo".

Escándalo republicano

Ante la inminencia de revelaciones explosivas, Livingstone confesó anoche en público que tuvo aventuras extraconyugales. El presidente de la Cámara tomó esta decisión después de que un periódico de Washington, Roll Call, publicara en una página de Internet las aventuras del político republicano. En un comunicado, Livingston se mostró arrepentido, aseguró haber obtenido el perdón de su familia y advirtió que no piensa dejar el Congreso.Otro respiro para Clinton fue el inesperado respaldo de Newt Gingrich, el anterior líder republicano en la Cámara de Representantes. "El presidente de EEUU", dijo, "tiene la carga de liderar al mundo 365 días al año. Si no lo hace, el caos y el dolor pueden extenderse por todo el planeta".

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Aunque puesta bajo sospecha por muchos miembros del Congreso, calificada de "triste para Naciones Unidas" por Kofi Annan y criticada por Francia, Rusia, China y Alemania, La Operación Zorro del Desierto era, sin embargo, popular en EEUU, donde Sadam es el "malo de la película" para la gran mayoría de la población. Una encuesta de la CNN afirmaba que el 74% aprobaba el mayor ataque contra Irak de la presidencia de Clinton.

Pero, y eso es una novedad, un 30% de los encuestados por la cadena ABC creían que Clinton ordenó el ataque para evitar el impeachment.

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