Ferry, detenido por estafa dos días después de la sentencia por su secuestro
Al empresario alicantino Manuel Ferry no le ha dado tiempo a celebrar la sentencia por la que la Audiencia Provincial de Alicante condenó el lunes a tres individuos que le secuestraron en 1996. Apenas 48 horas después de conocerse el fallo judicial, Ferry pasó la madrugada de ayer en la comisaría, detenido junto a otro hombre de negocios por un supuesto delito de estafa. El industrial fue puesto en libertad por la mañana. A Ferry y a B. H. K., de 48 años, se les acusa de haber timado más de 11 millones de pesetas a un industrial de Valencia que tiene una oficina en Elche. El método que utilizaron se conoce en la jerga policial como "el nazareno", y consiste en comprar mercancía (en este caso, pieles) a varios proveedores. El pago de esta primera adquisición se realiza en el plazo previsto pero, una vez establecida la relación comercial, se solicitan varios pedidos importantes a los que después no se hace frente. El abogado que asistió a Ferry en el juicio por su secuestro, Luis Lerga, transmitió ayer el "profundo malestar" del empresario por este asunto e indicó que "el hecho de que se le detenga justo después de la sentencia por su secuestro deja mal sabor de boca y no es ocasional". Asimismo, señaló que el empresario le había dicho cuando le llamó ayer que se había sentido "peor tratado por los policías que por los secuestradores". Testaferro La intervención policial se inició a través de la denuncia presentada por el empresario valenciano que fue víctima de la estafa. Según la versión de la policía, Manuel Ferry estableció con el segundo detenido un concierto de empresas en el que este último participó con una empresa creada por un familiar como testaferro. Las pieles objeto de la estafa se encuentran en paradero desconocido, según la investigación policial. Además del industrial valenciano, hay también un mínimo de dos empresarios perjudicados, pero estos últimos no presentaron denuncia. La actividad empresarial desplegada por Manuel Ferry se ha visto salpicada en varias ocasiones por pleitos judiciales de los que, en todas las ocasiones excepto una, ha conseguido salir airoso.
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