Una mujer apuñala a su marido en el pecho durante una reyerta conyugal

Carmen R.M., de 42 años, apuñaló en el pecho a su marido durante una riña conyugal ocurrida a las seis de la madrugada del pasado lunes en la calle de Maqueda, del distrito de Latina. La mujer se defendió con el cuchillo mientras su esposo, Luis Miguel L.C., de 48 años, le golpeaba con violencia, según informó la Jefatura Superior de Policía. El hombre acabó en el hospital, y la mujer, también herida, en la comisaría.

Luis Miguel fue evacuado por una UVI móvil del 061 del Insalud al hospital Doce de Octubre. Sufre una herida de pronóstico reservado. Anoche seguía ingresado en el centro sanitario, según los médicos. La mujer también acabó en un centro de salud de Aluche. Allí fue atendida de varias lesiones en el cuerpo y de contusiones en las costillas, según el Samur. Posteriormente fue detenida y trasladada a las dependencias policiales del distrito de Latina. No era la primera vez que Luis Miguel agredía su esposa, según explicaron los vecinos. En la madrugada del lunes, la pareja discutió en el interior del pub que ambos regentan a la altura del número 17 de la calle de Maqueda. Tras cerrar el establecimiento se recrudeció la riña.La pelea subió de tono hasta que el hombre empezó a golpear a su mujer con el puño. En medio de la paliza, según la versión policial, Carmen sacó un arma del bolso y apuñaló a su esposo. El hombre quedó tendido en el suelo. La mujer, con las ropas desgarradas, paró a un coche, que avisó al 061 y a la Policía Nacional.

En comisaría consta al menos una denuncia efectuada por la mujer contra su marido por malos tratos. Además, según los vecinos, Carmen había avisado en varias ocasiones a los agentes para denunciarles que su marido la había golpeado. Sin embargo, luego, delante de la policía, no se atrevía a denunciar a su esposo, según sus familiares.

Los vecinos de Menchu también aseguran que la mujer había indicado a su esposo, en repetidas ocasiones, que se iba a marchar de casa a causa de las agresiones que sufría. Nunca cumplió esa amenaza, según relató ayer una vecina.