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Despega hacia Marte la primera nave de la segunda flotilla de exploración

La 'Mars Climate Orbiter' se situará en órbita del planeta en septiembre de 1999

Cuando apenas ha pasado un año y medio desde que el pequeño robot Sojourner empezó su insólito paseo escudriñando las rocas de una planicie marciana, ayer partió hacia Marte la primera nave de las dos que integran la segunda fase del actual programa de exploración marciana de la NASA. El lanzamiento se produjo a las 19.45 (hora peninsular española) desde cabo Cañaveral. La pequeña nave estudiará el clima marciano sumándose, en una órbita polar de Marte, a la Mars Global Surveyor, que realiza actualmente observaciones cartográficas detalladas.

Los científicos esperan que la nave lanzada ayer -un paralepípedo de 2 metros de largo, por 1,6 de ancho y 2,1 de alto- y la que partirá el próximo 3 de enero recojan una enorme cantidad de imágenes, datos climáticos y geofísicos, e incluso sonidos de este desolado planeta. Sin embargo, ninguna de las dos naves buscará directamente pruebas de vida en Marte. Ahora, tras el lanzamiento, la Mars Climate Obiter realizará las maniobras orbitales necesarias para ponerse en camino. Viajará por el sistema solar durante casi diez meses, en los que recibirá de vez en cuando las órdenes precisas para corregir y ajustar su rumbo. Llegará a las proximidades de Marte el 23 de septiembre de 1999, tras recorrer más de 650 millones de kilómetros, y encenderá sus pequeños motores para colocarse en una órbita denominada de captura, es decir, para convertirse en un satélite artificial del planeta. Luego tendrá que ajustarse a la definitiva órbita polar de 420 kilómetros de altura. Durante los primeros meses, la nave se utilizará sobre todo como repetidor para las comunicaciones con su compañera, la Mars Polar Lander, que llegará tres meses después, en diciembre de 1999, y que, tras desprenderse de los dispositivos de viaje (se ha previsto que esta chatarra no impacte sobre Marte, "tal y como exigen las normas de protección planetaria", dice la NASA), caerá en la zona d el casquete polar sur. Luego, de marzo de 2000 a enero de 2002 (un año marciano) la Mars Climate Orbiter observará sistemáticamente el planeta con sus instrumentos.

Diez años de exploración

Esta aventura de exploración científica se mete, por parte de Estados Unidos, en el siglo XXI, con seis nuevas sondas como mínimo. Al final de una década de investigación in situ, con la posibilidad además de que se ponga en marcha una misión de ida y vuelta de una nave automática capaz de traer a la Tierra muestras de Marte, tal vez se haya aclarado el misterio del agua en el ahora desierto planeta relativamente gemelo de la Tierra. Incluso, los más optimistas esperan poder encontrar algún rastro, si es que existe o existió, de vida allí. De cualquier modo, ningún otro planeta del sistema solar, excluida la propia Tierra, se conocerá tan bien.Como todas estas naves están pensadas para costar poco y reducir las complicaciones tecnológicas, no tienen grandes dispositivos para frenar, perder velocidad, y situarse en órbita de trabajo rápidamente. En la nave que fue lanzada ayer, como en la Mars Global Surveyor, los ingenieros del Jet Propulsion Laboratory han recurrido a la estrategia de aerofrenado, que consiste en hacer entrar a la nave cada órbita un poco más en la tenue atmósfera de Marte para que vaya perdiendo velocidad. La nave lleva los paneles solares desplegados de manera, que, como las manos que uno saca por la ventanilla de un coche en marcha, o un voluminoso bulto en la baca, chocan con el aire y reducen la velocidad del vehículo.

La sonda no puede entrar de repente en la atmósfera porque no lleva la protección térmica necesaria y, con el aerofrenado, la operación es lenta, pero acaba dando vueltas al planeta en la órbita de trabajo correcta. Sin embargo, las cosas se han complicado mucho con la Mars Global Surveyor, porque un panel solar mal desplegado tras el lanzamiento ha comprometido toda la operación, que se ha prolongado muchos meses más de los previstos.

Imágenes permanentes

El nuevo explorador de Marte lleva dos instrumentos que le permitirán estudiar el agua en Marte y el clima en las distintas estaciones. Un radiómetro de infrarrojos medirá temperaturas, polvo en suspensión, vapor de agua y nubes. Una cámara doble tomará imágenes constantemente.También en el espacio, los seis tripulantes del transbordador Endeavour iniciaron ayer el acondicionamiento del embrión de estación espacial internacional -los módulos Unity y Zariá - para que permanezca cinco meses en hibernación. Tras transportar los astronautas al interior de la estación, donde entraron el pasado jueves, el material que portaban y realizar las operaciones necesarias, la estación quedará sellada esta madrugada.

Esta noche está previsto el tercer y último paseo espacial de la misión con objeto de realizar las últimas operaciones en el exterior de la estación, que quedará en hibernación hasta que vuelva en mayo el transbordador con nuevo material. Luego, en julio o agosto, los rusos mandarán un módulo de servicio, esencial para que la estación se pueda utilizar permanentemente.

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