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El Plan Regional de Inmigración sigue sin aprobarse a los dos años de su anuncio

Sigue sin llegar a puerto el Plan de la Inmigración, que la Comunidad de Madrid prometió poner en marcha en 1997 para mejorar la integración de los trabajadores extranjeros que viven en la región. Comenzó a gestarse en unas jornadas de debate celebradas en junio de 1996, pero, dos años, seis borradores y un buen número de alegaciones sindicales después continúa sin aprobarse. Ni siquiera se ha incluido en los presupuestos de 1999. Sin embargo el Gobierno regional asegura que el Plan estará en vigor antes de finalizar la legislatura.

Para su aprobación, el plan tiene que pasar todavía por el Consejo Económico y Social (CES), formado por expertos, sindicatos y patronal, y después por el Parlamento regional y el Consejo de Gobierno. Pero a unas semanas de fin de año aún no se ha dado ninguno de estos pasos y es previsible que para mayo de 1999 cese la actividad parlamentaria, ante la cercanía de las elecciones autonómicas.Tanto los sindicatos CC OO y UGT, presentes en el CES y en el Consejo Asesor de Bienestar Social, como la oposición regional formada por IU y PSOE, así como las ONG y asociaciones de inmigrantes, denuncian el retraso del proyecto.

Sin embargo, la directora general de Servicios Sociales de la Comunidad, Concepción Lostau, considera que no se puede avanzar a mayor ritmo. "Este no es un plan que implique a una sóla consejería, sino a varias, lo cual hace el procedimiento mucho más trabajoso y complejo", explica. "En cualquier caso para este legislatura (que acaba en junio) la Comunidad contará con un plan para inmigrantes", añade.

Lostau minimiza el hecho de que los presupuestos de 1999 no incluyan ninguna partida para este plan, a diferencia del plan de mayores o el de inversiones específicas para Villaverde. "La atención a los inmigrantes debe tender a la normalización, debe de estar integrada en los servicios sociales, con lo que destinar una partida específica para este fin sería un retroceso, tampoco el plan nacional tuvo en un principio presupuesto asignado", apostilla. "Eso no significa que no haya financiación porque cada consejería tiene fondos a los que puede recurrir", concluye.

La diputada del PSOE, Elena Vázquez, no comparte el optimismo y ve difícil que en esta legislatura este programa esté listo. "Es una muestra más de la inoperancia de la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales", afirma.

Paloma López, responsable del área social de CC OO en Madrid, cree que la ausencia del plan en los presupuestos es un mal indicio. "En verano, con UGT, presentamos las alegaciones al proyecto después del consejo de Bienestar Social, y verbalmente nos dijeron que habían aceptado muchas, pero no sabemos nada más y pronto acaba el año", manifiesta.

El plan se plantea como objetivos la interculturalidad y potenciar el asociacionismo de los inmigrantes, aunque no se especifica cómo. Se propone cuatro ámbitos de actuación: empleo, vivienda, salud, educación y cultura y servicios sociales. En el plano social persigue consolidar el acceso de los extranjeros residentes en la Comunidad al Ingreso Madrileño de Integración (IMI) y a las pensiones no contributivas. Se propone, asimismo, una actuación preventiva de la marginalidad con mujeres, niños y jóvenes y también formar a los empleados públicos para que sepan atender a la población inmigrante. Los sindicatos cuestionan que se excluya de estos sistemas de protección para desfavorecidos a los irregulares que son los que sufren mayores carencias.

En temas laborales el plan habla de fomentar el autoempleo, de crear empresas de inserción (sin ánimo de lucro e integradas por colectivos marginados) y de promover la formación de los inmigrantes. Las centrales replican que hace falta establecer medidas concretas, con dotación económica, como las que ya se recogían en el primer borrador del proyecto elaborado durante las jornadas de junio de 1996 en las que participaron instituciones, expertos, ONG y asociaciones de inmigrantes (las menos).

En cuanto a vivienda, se habla de promover que las asociaciones de inmigrantes diseñen programas de alojamiento para extranjeros y de incentivar la salida al mercado de los pisos de alquiler vacíos. Los sindicatos consideran loables estos propósitos pero piden que se concrete cómo se alcanzarán.

La atención sanitaria a inmigrantes irregulares es desde hace años una asignatura pendiente. La ayuda primaria la prestan varias ONG (Karibu, Médicos del Mundo) con subvención regional y local así como los Centros Integrados de Salud (CIS) municipales, pero existen problemas para la atención especializada. El plan habla de establecer mecanismos para que cualquier inmigrante pueda disponer de asistencia sanitaria. Pero, según CC OO y UGT, falta el diagnóstico de las necesidades y de los recursos disponibles.

El texto recoge también la necesidad de fomentar acciones de apoyo en la escuela y de facilitar la enseñanza de la lengua, cultura y religión maternas a los niños inmigrantes. Los sindicatos echan en falta datos sobre la escolarización de los hijos de los trabajadores extranjeros, como por ejemplo cuántos reciben educación compensatoria, sobre su nivel de fracaso escolar y los problemas de xenofobia que pudieran encontrarse.

Todas estas cuestiones, aún abiertas a cambios, serán papel mojado mientras el texto no pase por el parlamento regional.

En la Comunidad de Madrid viven 93.031 residentes extranjeros, un 35% de ellos de la Unión Europea, según los datos del informe elaborado por el Gobierno regional para presentar el plan de inmigración. Eso supone que los inmigrantes suponen un 1,9% de los habitantes de la región, lejos del 8,5% en Francia, del 8,5% alemán y del 5% de media europea. En Madrid viven y trabajan el 18% de los extranjeros llegados a España. Marroquíes, polacos, dominicanos y peruanos son los colectivos más arraigados.

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