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Cristianos por el Socialismo reitera su compromiso con los excluidos

Cristianos por el Socialismo (CPS), definida como una corriente de pensamiento y acción con la doble dimensión de vivir la fe desde la opción socialista, presentó ayer las jornadas que conmemoran el 25º aniversario de su presencia en España, que finalizan el próximo lunes. Las jornadas, en las que estarán presentes más de 300 miembros de CPS de todo el mundo, servirán de foro para tratar de los objetivos fundamentales de justicia, libertad, solidaridad internacional y lucha contra la pobreza que han caracterizado a este colectivo. "Queremos celebrar nuestra perseverancia en la lucha por la utopía cristiana y socialista. Han cambiado los tiempos, pero hemos pasado de una dictadura franquista a una dictadura del neoliberalismo", afirmó el secretario general de CPS, José M. García Mauriño. "Estamos a favor de la restauración de los valores de austeridad en medio de las proclamas del consumo, y de la cooperación y acogida frente al individualismo y la exclusión", manifestó Jaume Botey, miembro de CPS. Esta corriente da cabida a personas provenientes de cualquier religión o ideología. "No es el hecho de llevar el nombre lo que hace cristiana a la persona, sino los valores que sustentan sus actitudes", subrayó Botey. "Por la misma lógica de la fe", apuntó, "aceptamos y promovemos el laicismo y la autonomía de las instituciones políticas y culturales". CPS se presenta, por tanto, como organización que se renueva en función de la nueva problemática social. "Han aparecido nuevas contradicciones y nuevos movimientos sociales, como el de liberación de la mujer y los movimientos contra la exclusión social", argumentó Botey, "algo que muestra lo injusto, antidemocrático y suicida que es el actual modelo de desarrollo". 25 años de existencia CPS nació en el Chile de Salvador Allende en 1972, con el doble objetivo de acabar con los prejuicios antisocialistas o anticomunistas de la Iglesia y de hacer posible la militancia de los creyentes en los partidos políticos de izquierda. En España, el movimiento tuvo como principal impulsor a Alfonso Carlos Comín, que falleció hace 18 años. Botey explicaba ayer: "La esencia de CPS desde su origen fue la conciencia de la necesidad de cambiar las estructuras de un sistema que excluía y marginaba, con la necesidad de utilizar instrumentos adecuados, como partidos, sindicatos o movimientos sociales". Pero el hecho de conseguir un espacio para los cristianos socialistas tanto en los partidos como en la Iglesia, según los propios miembros de CPS, se convirtió desde un principio en algo difícil. Aunque, como asegura Botey, "con la Iglesia sigue siendo más complicado, ya que hay que luchar contra la derecha, que siempre utilizó la religión para justificar su poder económico y político; una lucha, por tanto, contra la propia institución eclesiástica".

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