La azarosa historia de Mary Kay

Se titula Loca por un alumno y versa sobre la historia de la bella Mary Kay Letourneau y su bello alumno Villi Fualaau. Ella tiene 35 años y él tenía 11 cuando comenzó el idilio. Ahora tiene 14 y dos hijas de su ex maestra a su cargo. Ella estaba casada, tenía cuatro hijos de su marido, Steve Letourneau, y un prestigio fabuloso como profesora. Ahora se encuentra en la cárcel y le quedan seis años de condena.El reportaje que hoy (Canal +, 20.30) ofrece el espacio Abierto en Canal es portentoso por dos razones. Primero, porque los estadounidenses parecen rodar muchos actos de su vida cotidiana con el único objetivo de que el día menos pensado una gran cadena -en este caso la BBC- les ponga música de fondo. Se ven imágenes de la boda, de los hijos de ella, de su padre, un famoso político de la derecha radical estadounidense al que también le descubrieron un idilio con una alumna de su instituto con la que tuvo dos hijos ilegítimos. Aparece el hombre dando clase con su pizarra y su tiza. Y aparece también la madre de Mary Kay, antes del escándalo de su hija, en una tertulia radiofónica, declarando: "A la vez que damos educación sexual a los hijos, echamos la moralidad de nuestros colegios".

Y es un reportaje modélico, porque todo el que tiene algo que decir sobre este caso lo dice. Se escuchan confesiones de la amiga de Mary Kay, de la propia Mary Kay, del niño, de la comisaria que la detuvo por primera vez en el colegio, del agente que la sorprendió en el coche con su alumno cuando se encontraba en libertad condicional... Y conforme uno va viendo lo que opina Mary Kay, se pregunta: y ahora, qué diría el marido. Y entonces sale el marido. ¿Y la madre del niño? Aparece la madre. ¿Y el propio niño? También habla.

Y las imágenes de su regreso a los tribunales cuando la descubrieron -después de salir de prisión a condición de que permaneciera alejada del chico- en un coche con él y con 7.000 dólares para escapar. Acude a la juez que antes no la quiso condenar a 89 meses de prisión, y entre la avalancha de periodistas se oyen preguntas de este jaez: "Mary, ¿saldrás conmigo cuando te suelten?".

El programa contra criminales sexuales que le obligaban a cumplir implicaba, según su abogado, que Mary mirase a los ojos de sus cuatro hijos, uno por uno, y les dijera: "Vuestra mamá es una violadora de niños, y yo intentaré no violaros. Pero tened cuidado con mamá". Ella, que aparece preciosa en todas las imágenes, se niega a enseñar su rostro demacrado en la cárcel. Y la cámara se fija en sus manos, una sobre otra, mientras ella se pregunta. "¿Necesita la gente que yo esté en la cárcel?".