La familia real en pleno acude al Parlamento para celebrar los 20 años de la Constitución
Los Reyes, Juan Carlos y Sofía, el Príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, las infantas Elena y Cristina, con sus esposos, Jaime de Marichalar e Iñaki Urdangarín, acudieron ayer al Senado y al Congreso para sumarse a las conmemoraciones del XX aniversario de la Constitución desarrolladas todas con éxito, incluso multitudinario -22.000 personas visitaron el Congreso los días 1 y 2- y vividas con un telón político de cierta tensión institucional en torno a las pretensiones nacionalistas vascas de cambios constitucionales. Esa tensión ha multiplicado las declaraciones en los últimos días y explica la casi total ausencia de discursos en la jornada de ayer. Sólo un brevísimo brindis del presidente del Congreso, Federico Trillo.
La jornada comenzó con la visita de la familia real al Senado para inaugurar la exposición Un siglo de vida política y parlamentaria en España 1898-1998.Allí, el presidente de la Cámara, Juan Ignacio Barrero, pronunció un breve discurso en el que se refirió al 20 aniversario de la Constitución que, dijo, "permite constatar, por un lado, sus amplias posibilidades de desarrollo, una cualidad que, precisamente, garantiza y avala su vigencia, y, por otro, la permanencia de ese vínculo entre la Corona y los pueblos que componen nuestra rica, variada y diversa, pero también única e indivisible, España".
Pero los actos centrales de la jornada tenían su sede en el Congreso, donde la familia real visitó una exposición temporal sobre los veinte años de vida constitucional y otra que tendrá carácter permanente con ejemplares de todas las constituciones españolas, desde 1812 a 1978.
Tras visitar las exposiciones, los Reyes, el Príncipe y los duques de Lugo y de Palma departieron en un vino de honor con los numerosos invitados que llenaban el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso y presidieron una comida con la que se cerraban los actos. Fue necesario desmontar la Sala Internacional para habilitar un comedor capaz de acoger a las 56 personas que finalmente acudieron al ágape. Inicialmente estaban previstos 57 comensales: los siete miembros de la familia real, las mesas del Congreso y del Senado, los portavoces de los grupos parlamentarios de las dos cámaras, el presidente y los ex presidentes del Gobierno, los ex presidentes del Congreso y del Senado y los siete ponentes de la Constitución. Excusaron sus asistencia, por encontrarse en Bruselas, el ex presidente Felipe González y el presidente de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga. En los últimos días el protocolo recibió la indicación de incluir entre los comensales al vicepresidente primero, Francisco Álvarez Cascos.
La sala fue decorada con tapices que proporcionó el Patrimonio Nacional y el Cuarteto Hemera interpretó durante el almuerzo obras de Mozart, Brahms y Turina, pero no se pronunciaron los habituales discursos. La polvareda que a finales de septiembre organizó una alusión del Rey a la Constitución, durante su visita a Italia, y la posterior avalancha de manifestaciones encontradas en torno a la vigencia de la Carta Magna, determinaron, según fuentes conocedoras del criterio de la Casa Real, que se suprimiese cualquier manifestación para evitar la más mínima posibilidad de involucrar al Rey en la disputa. El presidente del Congreso, Federico Trillo, se limitó a un brindis brevísimo que concluyó así: "Por la Corona constitucional de España", con lo que se evidenciaba, según fuentes cercanas al presidente, "un intento de sincretismo" para englobar la institución monárquica, el soporte legal de todo el edificio democrático y el ámbito geográfico-político donde se asientan. El almuerzo tuvo alguna consecuencia política imprevista porque el protocolo quiso que el portavoz del PNV en el Congreso, Iñaki Anasagasti, y el del PSOE, José Borrell, ocupasen sillas contiguas; lo que les permitió, tras el agrio cruce de acusaciones de esta semana, una charla larga que, según Anasagasti, evidenció un "esfuerzo" de Borrell por limar aristas. Eso tuvo carácter privado, pero fue pública y visible la asistencia no sólo de Anasagasti, sino también de otros dos miembros de su partido: el senador Joseba Zubía y Xose Joan González de Txábarri, miembro de la mesa del Congreso. Un gesto que para muchos asistentes tuvo un valor no sólo protocolario.
Al margen de este acto, el líder de IU, Julio Anguita puso la nota agria de la jornada: arremetió contra las celebraciones por "hipócritas" y las calificó de "ceremonias de la confusión" pues los Gobiernos, dijo, "incumplen totalmente" la Constitución.
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