Aznar se jacta de cumplir su promesa al abrir los últimos tramos de la autovía Madrid-Valencia
La autovía de Valencia (A-3) quedó abierta en su totalidad poco antes de las tres de la tarde de ayer tras la inauguración de los dos últimos tramos. Madrid y Valencia están ahora a tres horas en coche gracias a esta nueva infraestructura. El presidente del Gobierno, José María Aznar, protagonizó el acto central, en el embalse de Contreras, donde se dieron cita numerosos políticos de las tres comunidades afectadas y muchos empresarios. El Gobierno hizo un gran despliegue de medios para capitalizar el esperado cierre de la autovía. "Hemos cumplido", sentenció Aznar.
El inusual despliegue de medios técnicos y humanos que el Gobierno puso en marcha con motivo de la inauguración de ayer sólo topó con un inconveniente: el intenso frío y la persistente lluvia que deslucieron los actos programados al aire libre. Pese a ello, allí se dieron cita, junto a Aznar, y entre muchos otros, el ministro de Fomento, Rafael Arias Salgado; el presidente valenciano, Eduardo Zaplana, y el de Castilla-La Mancha, José Bono, y los alcaldes de Madrid y Valencia, José María Álvarez del Manzano y Rita Barberá, respectivamente. Sólo faltó el presidente de la Comunidad de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, cuya presencia había sido anunciada previamente pero que excusó su asistencia debido a que tenía reunión del Consejo de Gobierno.En la carpa instalada junto al embalse de Contreras en la que se celebró el acto central de la inauguración los políticos estuvieron arropados por numerosísimos empresarios, especialmente valencianos. Algunos de ellos reconocieron que habían recibido desde diversas instancias oficiales hasta tres llamadas telefónicas para pedirles que asistieran.
Los últimos 44 kilómetros
Y es que ayer el Gobierno del PP organizó un verdadero acto propagandístico con motivo de la apertura de los 44 kilómetros que suman los dos últimos tramos de la autovía que quedaban pendientes: 35 kilómetros entre Atalaya del Cañavate y Motilla del Palancar y los nueve que permiten salvar el embalse de Contreras, que han requerido tres viaductos y un doble túnel. Los tramos abiertos ayer han costado 28.874 millones de pesetas, según cifras oficiales, que la oposición socialista eleva en al menos otros 8.000 millones.Aznar no cortó ninguna cinta, sólo descorrió una cortina, en uno de los nuevos viaductos, para descubrir una placa conmemorativa. Después, en la carpa, llegó un montaje audiovisual sobre el cierre de la autovía cuyo título -El impulso definitivo- no deja lugar a dudas acerca de la intención del Gobierno de capitalizar una obra que fue ejecutada en su mayor parte por los socialistas. "Madrid y Valencia ya no están separadas por una carretera, están unidas por una autovía", decía la voz del narrador, que recordó los problemas políticos que impidieron acabar la obra, para acto seguido resaltar que "la solución llegó con el cambio de gobierno que eligieron los españoles en el año 1996".
El ministro Arias Salgado hizo hincapié en que las obras y la autovía respetan el medio ambiente. El titular de Fomento destacó otros tres aspectos de la culminación de la autovía: la significación política -porque "vertebra" la comunicación entre Madrid y Valencia y además ha demostrado que es posible llegar a acuerdos sobre trazados polémicos-, la económica -por el ahorro que supone para la economía española y las ventajas que conlleva para el comercio y el turismo-, y la dimensión técnica, en referencia al espectacular tramo de Contreras y a la rapidez con que se ha construido.
Dirigiéndose a Aznar, Arias Salgado concluyó diciendo que daba por "cumplida la primera instrucción" que recibió al acceder al ministerio: "Madrid-Valencia, cuanto antes", aseguró que le dijo el presidente. Aznar no intervino en el acto y sólo declaró a los periodistas que ayer era un día "histórico" porque la apertura de toda la autovía supone "la superación de un déficit histórico muy grave", y porque era "escandaloso" que Madrid y Valencia no estuvieran conectadas por autovía. "Hemos cumplido", sentenció Aznar, en referencia a la promesa que hizo hace dos años de que la autovía estaría concluida en noviembre de 1998.
El presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, manifestó su alegría porque el cierre de la autovía permite superar una etapa de "frustración" para los ciudadanos.
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