Aclaración

Me atrevo a molestarle con el fin de aclarar una nota publicada en la sección de Espectáculos de EL PAÍS el miércoles 11 de noviembre en la página 44 bajo el título Todo el ángel de las juergas del Candela. En dicha nota, la periodista Amelia Castilla hace una reseña del disco En un ratito, y entre sus líneas se halla el siguiente comentario: "...pero los zapateados de los bailadores más populares del momento sólo podrán verse si alguna vez se autoriza el vídeo que el novio de Rosarillo grabó aquella noche de frío gélido en Madrid".Es ésta la primera ocasión en la que me dirijo a la prensa, pues hasta ahora sólo se había hecho referencia a mi persona en la llamada prensa del corazón, y como éste es un negocio del cual no participo, no he tenido la necesidad de aclarar ninguna de sus noticias por parecerme intrascendentes. No obstante que los reporteros de dicha prensa han violado en reiteradas ocasiones los derechos civiles más elementales. En este caso, la diferencia la marca precisamente la calidad de su periódico y la importancia de su tirada diaria y, sobre todo, que la nota se refiere a mi profesión y no ya a un simple hecho banal publicado en las páginas rosas.

Para conocimiento de su periodista, mi nombre entero es Carlos Ígor Jiménez Galicia. Soy licenciado en Artes de los Medios de la Comunicación Audiovisual, con especialización en Dirección, y me dedico a la realización audiovisual. La nota que han publicado entre sus páginas se refiere directamente a mi trabajo, y por tanto no veo razón alguna para asociarse a mi vida privada. El carácter de esta mención hacia mi persona me hace pensar que se pudiera esconder cierto sarcasmo o tono despectivo hacia lo que, repito, es mi profesión, para la que he estudiado y trabajado hasta donde mis años me lo han permitido. El hecho de que este trabajo se desconozca en España no le confiere a nadie derecho para referirse a mi persona en los términos que lo ha hecho, pues significa una flagrante violación de mis derechos como ciudadano.-