Miguel González San Martín escribe una novela sobre la pasión del fútbol

El escritor Miguel González San Martín (Muskiz, 1953) reconoce que es un aficionado al fútbol que no ha podido resistir la tentación de llevar a la literatura su pasión por ver jugar con un balón. El fútbol es la excusa que utiliza en Dos entradas para Wembley para hablar de los sueños y las ambiciones inalcanzables de un adolescente. "Hay demasiada gente que va de mayor, de lista y de intelectual para ser antifútbol", dice. "Entusiasma a muchas personas y por algo será. El fútbol es su consuelo".

Dos entradas para Wembley ha sido publicada por la editorial vitoriana Bassarai, la empresa que empezó su andadura en prosa con la anterior obra de González San Martín, la novela Hotel Ucrania. El autor probó suerte con esta obra, con cierto éxito, en dos de los galardones literarios más relevantes de novela en lengua española. Llegó a las fases finales de los premios Herralde y Nadal. "Parece pintoresco escribir una novela sobre fútbol", explica el autor. "Yo creo que lo extraño es lo contrario, que siendo algo que apasiona a tanta gente sea tan infrecuente su utilización en la literatura". La novela está plagada de referencias a los astros de la historia del fútbol. El protagonista cita a Garrincha, Pelé, Di Stefano, Beckenbauer y Bobby Charlton. Y habla con un personaje llamado El Flaco, el apodo de Johann Cruyff y César Luis Mennotti, de chilenas y remates de cabeza. "No he querido hacer una enciclopedia de fútbol", dice sin miedo a que el tema aleje a quien no disfruta del fútbol o incluso lo aborrece. "Es una novela de iniciación, de aprendizaje, de educación sentimental, que habla de la visión del mundo de un adolescente", indica González San Martín. "La adolescencia es un tiempo en el que todos los caminos están abiertos. Se cree que todo es posible y la mayor decepción de la vida es descubrir que uno nunca va a jugar en el Athletic de Bilbao. A partir de ahí se buscan sucedáneos".