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Encierro de profesores en el instituto Celestino Mutis ante los continuos incidentes en las aulas

Para estudiar en el instituto público Celestino Mutis, en Villaverde Alto, no basta con sortear las complicaciones que plantean la aritmética, la gramática o la historia universal. También hay que desarrollar un peculiar instinto para evitarse problemas con ciertos compañeros. En los dos meses escasos discurridos del presente curso, son ya 135 los alumnos "implicados en incidentes que afectaron a la convivencia del centro", según un informe de la jefatura de estudios. Los profesores del centro se encierran hoy en busca de soluciones.

El Celestino Mutis (1.089 alumnos, 79 profesores y 36 grupos de enseñanza) adquirió, a su pesar, popularidad entre la comunidad educativa madrileña después de que sus alumnos fueran el pasado 15 de octubre a la huelga. Decían entonces los chavales que algunos de sus compañeros más jóvenes, los de 12 a 14 años, los amedrentaban en las clases y los recreos, les amenazaban navaja en mano o les robaban material escolar y pequeñas cantidades de dinero. La Dirección Provincial de Educación hizo frente al problema ampliando la plantilla del centro con dos profesores de taller, dos ordenanzas y un profesor de educación compensatoria, pero esta medida no ha bastado para paliar la conflictividad del centro. Si acaso, "puede decirse, con muchísima cautela, que la situación de conflictividad no ha aumentado", según el diagnóstico que emite el director del instituto, Luis Miguel Ruiz-Poveda, en un informe que hoy se analizará con detalle en el centro.Preocupados por el futuro del Celestino Mutis, su asamblea de profesores decidió el pasado viernes constituirse en asamblea permanente a partir de hoy para "debatir las medidas que mejorarían la deteriorada situación del instituto y analizar las causas que han propiciado esta situación". En la convocatoria del encierro adelantan, no obstante, la que encuentran más elemental: la introducción este año del nuevo modelo de la LOGSE, que ha supuesto la incorporación de cientos de alumnos de entre 12 y 15 años, y la puesta en marcha de tres nuevos cursos simultáneamente en 20 aulas, lo que se traduce en una situación generalizada de "masificación". El Celestino Mutis es el único centro público de secundaria existente en todo Villaverde Alto.

Situación muy difícil

Luis Miguel Ruiz-Poveda, el director del centro, explicará hoy a sus compañeros de docencia que ha reestructurado los grupos de educación compensatoria con un profesor concreto, lo que beneficia tanto a los alumnos difíciles como al resto, "que puede recibir sus clases sin interrupciones". Ruiz-Poveda también ha optado por abrir expedientes disciplinarios a los estudiantes más conflictivos (19 alumnos han recibido sanciones que van desde los tres días de expulsión hasta el cambio de centro), pero es consciente de que todo ello no basta para curarse de posibles sobresaltos. "No podemos garantizar que los alumnos especialmente conflictivos no puedan, en un momento dado, provocar una situación muy difícil de agresión a compañeros, profesores u ordenanzas", se sincera en un informe del 24 de noviembre.El balance que ha elaborado el jefe de estudios sobre los dos primeros meses de curso tampoco da pie a la euforia. El autor admite que las incidencias, en su mayoría, son de carácter leve, pero precisa: "Con frecuencia, estos episodios se acompañan de faltas de respeto, ofensas y amenazas del alumno al profesor. Y el maltrato de material se traduce en desperfectos en puertas, persianas, rodapiés, techo vano y mobiliario".

Este informe interno de convivencia agrega que las peleas y agresiones son "muy frecuentes" entre los alumnos, además de registrarse "conatos de agresión" a varios profesores. En este tiempo se han localizado "tres navajas y un punzón" entre los estudiantes, se ha confirmado que durante el recreo "saltan la valla jóvenes que no pertenecen al centro" y ha habido que lamentar "múltiples denuncias de robo de dinero, documentación y material de estudio y de trabajo".

El director del centro está convencido de que todo este panorama no sería tan crudo si las autoridades educativas hubieran previsto mejor las novedades que se avecinaban para el pasado mes de septiembre. Durante el curso 1997-98, el Celestino Mutis sólo contaba con 776 alumnos y se regía aún por el sistema educativo de 1970, con clases de 1º, 2º, 3º de BUP y COU. Para el curso 1998-99 se han implantado de golpe los tres primeros cursos de la ESO y se ha incrementado el alumnado en más de 300 jóvenes. Y todo ello, denuncia Ruiz-Poveda, "con cantidades insuficientes y con el mismo personal de administración y servicios [que el año anterior], a pesar del aumento del número de alumnos y de la puesta en funcionamiento de nuevos edificios". Ruiz-Poveda extiende su preocupación al resto de la comunidad escolar. "Esta situación se puede plantear en muchos centros de Madrid cuando se les incorporen alumnos tan conflictivos como los nuestros", vaticina.

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