Con el mínimo esfuerzo

El Deportivo dejó en Valladolid poco esfuerzo y se llevó un rendimiento fantástico. A los de Javier Irureta les bastó con estar concentrados y atentos a los errores de su rival para llevarse tres puntos y meterse de lleno en la zona más alta de la clasificación. Una defensa sólida y por momentos contundente y la magnífica prestación de Fran por la izquierda bastaron para que el Valladolid no supiese a qué atender, si a frenar los pequeños esfuerzos ofensivos del Deportivo o a remontar un gol que llegó en frío y en una jugada absurda, tanto como todo lo que ayer hizo el Real Valladolid.La primera parte sirvió para que en cinco minutos el partido tuviese una primera solución: el Valladolid contaba con la intención de olvidar rápidamente los seis goles que recibió en el Vicente Calderón y comenzó a presionar.

Tanto presionó que la defensa se olvidó de todo y en el primero de una larga lista de errores le entregó al Deportivo el gol que a la postre le daría el triunfo a los gallegos. Pauleta aprovechó una cesión al vacío de Julio César para quedarse solo ante César y batirle por bajo.

A partir de ahí el fútbol dejó de existir en Zorrilla. El Deportivo se blindó por detrás y todos sus esfuerzos corrieron a cuenta de arropar su portería. El Valladolid, mientras, comenzó a padecer su mediocridad en el centro del campo, agravada ayer con la ausencia de Vizcaíno, la presencia de Turiel, un jugador más defensivo que creativo, y la tiranía de banquillo a la que está sometido el veterano Eusebio.

El esperpento de la primera mitad dio lugar a un desastre en la segunda. El equipo de Irureta no variaba en nada sus intenciones y el Valladolid se estrellaba sin remedio en las murallas del Deportivo. Visto el escenario, el Valladolid terminó enredado. Sin embargo, Kresic, en un ataque de coherencia, dio entrada a Eusebio y por momentos el Valladolid regresaba a lo que fue. Pero de un tiempo a esta parte se ha encontrado que su bonanza como local ha venido más de ráfagas momentáneas que de un trabajo continuado. Unas veces Peternac, otras Caminero, algunas Víctor, pero nunca todos a la vez.

Ayer no funcionó ninguno y a la lista de males se le añadió el estado cercano a la histeria en que la defensa del Valladolid vivió cada ataque del Deportivo. Sobre el pitido final el equipo de Kresic hizo lo único meritorio de todo el choque. Alberto resolvió un barullo en el área con un disparo a la media vuelta que batió a Songo'o, pero Ansuátegui Roca anuló el tanto.