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La asociación de guardias civiles denuncia que los mandos aplican 5.000 sanciones anuales a los agentes

La Asociación Unificada de Guardias Civiles (Coproper-6J) denunció ayer en Valencia, donde está celebrando su IV Congreso Nacional, que han contabilizado 5.000 sanciones correctivas anuales, "muchas por faltas muy leves". Este elevado número de sanciones, unido a "la presión desmedida y las reprimendas de los mandos por cometer el mínimo error socavan los ánimos de los guardias", según el secretario general de la asociación, Florencio Garrido. En su opinión, la disciplina militar sigue "amparando abusos y conductas arbitrarias" de los mandos.

La "pérdida de autoestima" de los guardias por la falta de aliento de sus superiores cuando realizan bien su trabajo y las críticas "a la mínima ocasión", originan, según el delegado de la asociación en Valencia, Fernando Carrillo, problemas psicológicos a los guardias. La asociación está muy preocupada por el alto índice de suicidios detectado dentro del cuerpo. "Los últimos datos que tenemos, de 1994, hablan de una media de un suicidio semanal, 54 muertes al año", afirma Carrillo, "y nos consta que desde entonces apenas se ha producido un ligero descenso". Por eso en el congreso -al que acuden más de un centenar de agentes de 36 delegaciones provinciales- van a debatir, por primera vez, sobre las medidas de higiene y seguridad en el trabajo. También propugnarán la necesidad de que se potencien, en cada comandancia, gabinetes de atención psicológica "que intervengan cuando se conozca que un agente tiene problemas". José Morata, vicepresidente y dirigente histórico de la asociación, denunció que la dirección de la Guardia Civil intenta reprimir el imparable crecimiento del asociacionismo. Según sus dirigentes, Coproper-6J cuenta actualmente con 7.500 afiliados entre los 50.000 agentes del instituto armado. De ellos, 1.300 están destinados en los cuarteles valencianos, la comunidad con un mayor índice de afiliación. De los 5.000 guardias civiles que prestan servicio en la Comunidad Valenciana, el 25% son socios de Coproper-6J. En Valencia hay unos 600, en Alicante cerca de 500 y 300 en Castellón. Las cartas con amenazas de muerte recibidas por los delegados de la asociación en Cataluña, Sevilla y Albacete, y la pérdida de la gratificación de 35.000 pesetas por productividad que han sufrido este mes los miembros de la junta de Coproper-6J forman parte, según sus dirigentes, de esta campaña en contra suya. En el congreso, que concluye hoy en un hotel próximo a Valencia, se debatirá además el proceso democratizador iniciado por la dirección del cuerpo, que proyecta crear un órgano representativo de los agentes. La asociación elaborará su estrategia de participación y supervisará el proceso "por si es una operación de maquillaje".

Miedo en una organización legal

El acto inaugural, celebrado ayer por la tarde en el Ateneo Mercantil, recordaba tiempos pasados. Desde el atril, un orador agradecía a los guardias civiles presentes que se arriesgaran a sufrir sanciones de sus superiores por viajar a Valencia y participar en el congreso. Hablaba del "miedo" de muchos agentes a pertenecer a una asociación legal y recordó a los numerosos compañeros "encarcelados, perseguidos e injuriados" por participar en este colectivo. Este guardia, José Cifuentes, preguntó al auditorio por qué los policías tienen derecho a cauces democráticos y ellos no. El secretario general de UGT, Cándido Méndez, recordó que la Audiencia Nacional considera "altamente saludable" la creación de Coproper-6J para mejorar el funcionamiento interno del cuerpo. Méndez dijo que promoverán cambios legislativos para que los guardias puedan afiliarse a sindicatos. Willy Meyer, diputado de Izquierda Unida, abogó por la desmilitarización del cuerpo y la creación de una policía federal única para evitar problemas de coordinación.

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