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Un siglo con los chicos del extrarradio

15.000 valencianos se han formado desde 1898 en el colegio de los salesianos en la barriada de la calle de Sagunto de Valencia

Difícilmente podrían encontrar en la Valencia de 1898 un lugar más adecuado para poner en práctica la consigna de Don Bosco, el fundador de la orden: "Id a los pobres y nadie os hará competencia". La clientela del nuevo colegio que iban a fundar los salesianos en el suburbio de la calle de Sagunto la engrosaban "jóvenes peores que los salvajes" a los que les encantaba "la navaja y la refriega; ignorantes y azuzados por el anticlericalismo", según dejó escrito el responsable de la orden en España, Felipe Rinaldi. Otra religiosa relató que "las señoras no se atrevían a acercarse por aquel arrabal porque era lo peor de Valencia; no se podía pasar en coche sin recibir burlas y pedradas de los niños, que iban medio desnudos". En aquella barriada marginal en el corazón de la huerta se habían asentado familias de obreros "de ideas republicanas y subversivas" y de los cerca de 1.500 reclusos encarcelados en el cercano penal de Sant Miquel dels Reis, de cuya "mala influencia" se quejaron los salesianos hasta que se clausuró en 1966. A pesar del ambiente hostil, los religiosos que se distinguían por corretear y saltar tanto como sus alumnos en los recreos, se las arreglaron para desafiar al entorno. Hoy, el colegio San Antonio Abad que fundaron en un antiguo convento -comprado por 40.000 pesetas a unas monjas que estaban hartas del alboroto de funerales de una iglesia contigua- cumplirá un siglo de existencia. Por él han pasado 15.000 escolares valencianos de seis generaciones diferentes. Comenzó a finales del siglo XIX con 200 alumnos y llegó a tener 2.400 en sus mejores tiempos. "La mayoría", precisa el director actual, Juan Pérez, "son niños de familias de escasos recursos, de los barrios de Orriols y Torrefiel, los más próximos a la escuela". Pérez destaca que en la actualidad el nivel económico no ha mejorado en exceso: el 30% son hijos de obreros y el 10% de los padres sufren el aguijoneo del paro. Al ser el único centro escolar de la contornada asistían a él, hasta los años setenta, muchos escolares de Tavernes Blanques, Carpesa o los Poblats Marítims. Con el almuerzo envuelto en un trapo, recorrían hasta una decena de kilómetros por las veredas polvorientas que atravesaban la huerta. El colegio ha dejado rastro en el urbanismo. Los antiguos alumnos, entre ellos la familia Ferrando, formaron un patronato para crear frente a la escuela unas 400 viviendas. Uno de sus primeros directores, el padre Viñas, un aragonés apasionado por el fútbol que llegó a la ciudad en 1910, tuvo una influencia decisiva en la fundación del Valencia CF. El salesiano formó con un puñado de alumnos el Sagunto Football Club. Entre sus muchachos se incluían algunas de las primeras figuras del club de Mestalla como Eduardo Cubells o Arturo Montes. La tradición deportiva no se ha esfumado. Los equipos de fútbol, baloncesto o natación del Don Bosco siguen descollando en las competiciones valencianas. Pero los salesianos también formaron durante el franquismo a escolares de clases más pudientes que ingresaban en su internado. Entre los que dormían en sus hileras de camastros y pasaban hasta tres meses sin ver a sus familias estaban el ex presidente del Valencia Francisco Roig y el ex consejero socialista de Medio Ambiente Emèrit Bono. A este último, como le veían "cara de chico responsable", le encomendaron la tarea de tocar la campaneta que anunciaba el inicio y el final del recreo, y el cuidado de las llaves. Los alumnos de entonces recuerdan, entre los profesores que más se distinguían en el reparto de reglazos y galletas a José Boronat, uno de los miembros más secesionistas del Consell Valencià de Cultura. Pese a todo, en las salidas a Cullera o Náquera siempre quedaba buen humor para entonar aquello de: "¡Qúe buenos son los padres salesianos...".

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