Pensamiento y expresión
José Luis Delás, uno de los compositores españoles en Alemania más notables, cumple 70 años, y el director Arturo Tamayo, madrileño en Germania con el patrocinio de nuestra Comunidad, le ha dedicado el homenaje de un programa monográfico, contando con la Orquesta Sinfónica, siempre ducha y dispuesta. Cuatro obras de distinto calado, pero obedientes a una raíz conceptual (palabra clave en Delás), nos han dicho, una vez más, lo que es y vale este idealista de la vanguardia, hombre de agudas inquietudes culturales, inteligencia escrutadora y preciso artesanado: escribe con minuciosa perfección aquello que previamente ha pensado.En Conceti, de 1975, el compositor rinde homenaje a Gesualdo desde el mismo interior de su polifonía, lo que me parece altamente significativo; lo es, igualmente, su acercamiento a Góngora (Polifemo y Galatea) en la partitura titulada Al sonoro cristal, al cristal mudo, dice el autor que atraído "por el carácter misterioso y dialéctico de la imagen". En Textos (1996) manda el lenguaje, pues Delás estructura el musical desde principios del hablado en una interesante transmutación.
La última partitura del programa, ofrecida en estreno absoluto, le fue sugerida al compositor por la figura humana y poética del expresionista Georg Heym (1887-1912) y su poema Umbra vitae, aunque Delás advierte que la influencia del poeta alemán sería, si la hubiera, inconsciente. Umbra vitae, terminada en agosto pasado, me pareció lo más importante de lo escuchado, con todo y tratarse en los distintos casos de música excelentemente estructurada, en la que manda un concepto decisivo: la unidad de pensamiento y expresión, idea y realización de todos los elementos que conforman el hecho musical, entendido en su trascendencia, significación cultural y elevación de miras.
Escucha activa
La obra de José Luis Delás demanda lo que suele llamarse "escucha activa" y aun inscrita en modo general en las corrientes de una vanguardia que unos pocos prolongan y vivifican hasta hoy mismo, posee sustancia y perfiles muy individuales. Arturo Tamayo, denodado director de grandes y difíciles causas, ayudó con sus versiones al ingreso del oyente en la selva misteriosa y luminosa de los mensajes de Delás. Compositor, maestro y orquesta fueron largamente aplaudidos en el Auditorio Nacional. Pero conviene insistir: la música de Delás debe ser más frecuente en los conciertos, único modo de que adquiera la vigencia social que merece.
Babelia
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