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El Congreso aprueba hoy el nuevo IRPF, la principal reforma económica de la legislatura

El pleno del Congreso votará hoy la reforma del IRPF, con lo que esta ley superará su último trámite parlamentario para entrar en vigor en enero de 1999. Aunque el PNV se abstendrá, el Gobierno contará con el apoyo del PP, CiU y Coalición Canaria, lo que será en principio suficiente para vencer la oposición del PSOE, IU y Grupo Mixto. El nuevo IRPF es la principal reforma económica de la legislatura, pero llega en un momento de crisis profunda en la Agencia Tributaria. Su director, José Aurelio García Martín, será destituido mañana por el Consejo de Ministros.

Con el nuevo impuesto sobre la renta, el Gobierno cumple su principal promesa electoral y pone en práctica su reforma económica de mayor calado. El cambio es radical, ya que no sólo se rebaja la tarifa -del 20% al 18% y del 56% al 48% en los tipos mínimos y máximos-, sino que varía la forma de calcularlo.La novedad más importante es que la mayor parte de las deducciones que ahora se aplican en la cuota del impuesto pasan a descontarse de la base. El efecto es que sólo se somete a la tarifa la cantidad que la ley considera renta disponible, es decir, la que queda una vez descontados los gastos imprescindibles.

Éstos varían en función del número de miembros de la unidad familiar. El descuento es de 550.000 pesetas por el contribuyente y de otras 550.000 por el cónyuge en caso de matrimonio. Por cada hijo se desgrava una cantidad que oscila entre las 200.000 y las 350.000 pesetas, según edades y número.

Este sistema lleva a la desaparición de las dos tarifas actuales, según sea la declaración individual o conjunta, que pasa a ser una para todos los casos. Mientras el argumento del Gobierno es que así se favorece a las familias, desde la oposición se considera que este beneficio es mayor cuanto más alta sea la renta.

El Gobierno da la vuelta al argumento para defender el nuevo sistema de deducción por vivienda. Si hasta ahora se descuentan los intereses de la base (con un límite de un millón de pesetas) y se deduce de la cuota un 15% del capital amortizado, con el nuevo impuesto todo el incentivo fiscal pasa a la cuota.

A partir del año próximo, la deducción por compra de primera vivienda oscilará entre el 25% (en los dos primeros años) y el 15% (a partir del tercero), siempre con un límite máximo de 750.000 pesetas. Se favorece así a los compradores de pisos de bajo precio, pero plantea el problema de los derechos adquiridos por quienes compraron un piso antes del 4 de mayo de 1998 (según la versión aprobada en el Senado).

El Gobierno deberá aprobar durante el año que viene una norma que permita una compensación para los compradores de vivienda que salgan perdiendo con el nuevo sistema, lo que planteará importantes dificultades técnicas. También está previsto compensar a quienes pierdan por la desaparición de la actual deducción por alquiler de vivienda.

Otra dificultad a resolver es el problema de control, que supone una de las grandes novedades del nuevo impuesto. Se exime del deber de presentar declaración a aquellos cuyas rentas del trabajo no rebasen los 3,5 millones de pesetas. Este colectivo representa ahora el 75% de los que declaran el IRPF.

El nuevo impuesto se notará ya en las nóminas del próximo enero, puesto que el Gobierno aprobará antes de que acabe el año la nueva tabla de retenciones. Con ello inyectará en los bolsillos de los asalariados una cantidad estimada por Hacienda en 776.242 millones de pesetas, con una rebaja media del 17,5%.

Elevado coste recaudatorio

Este coste recaudatorio es de tal magnitud que el Gobierno ha decidido compensarlo en parte con una nueva retención del 20% sobre las plusvalías generadas por ventas de fondos de inversión. Aunque las dificultades técnicas son también aquí considerables, Hacienda espera así adelantar unos ingresos de 150.000 millones. Además, se ha establecido una nueva retención del 25% para los seguros de vida.Pese a estos parches de última hora, el Gobierno conseguirá seguramente sacar adelante hoy en el Congreso de los Diputados la reforma del IRPF como, quizá, su mayor éxito de la legislatura. Los problemas de liderazgo en el principal partido de la oposición y la dificultad de combatir cualquier rebaja de impuestos han palidecido las dos principales críticas de la oposición socialista: la reforma favorece a los ricos y su elevado coste conducirá a recortes sociales.

La reforma llega en un momento de crisis en la Agencia Tributaria, por los conflictos internos y la confusión en los resultados de la lucha contra el fraude. El Consejo de Ministros destituirá mañana a su director general, José Aurelio García Martín, y le sustituirá probablemente por el actual director de Recaudación, Ignacio Ruiz Jarabo.

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