El conocimiento diferenciará en el futuro a las empresas, según Bueno

"Hoy las ventajas competitivas de la empresa se crean sobre la base del conocimiento, de la inteligencia", declaró ayer el catedrático de Organización de Empresas y consejero del Banco de España, Eduardo Bueno, que pronunció una conferencia sobre el capital intelectual en la empresa organizada por la Fundación para la Ética de los Negocios, Étnor, y la Fundació Bancaixa. "Vivimos en una espiral permanente de nuevos conocimientos y debemos aprender a gestionarlos", subrayó Bueno.

El presidente de la Fundación Étnor, Emilio Tortosa, presentó al invitado como uno de los especialistas más destacados de España en la gestión del conocimiento aplicada a la empresa. Bueno se refirió a este concepto como "nuevo, emergente y todavía en definición". "Estamos sujetos a grandes procesos de cambio y en este contexto la ventaja competitiva de las empresas no está ya ni en el precio ni en la técnica sino en su capital humano", expuso Bueno. Según el catedrático, la sociedad actual vive en "una espiral permanente de conocimientos. Agotamos enseguida las ideas. Vivimos a tal ritmo que lo que hoy es noticia deja de serlo a los tres meses". Esta realidad obliga a las empresas a distinguir entre lo esencial y lo accesorio y esta discriminación sólo es posible, en opinión de Bueno, mediante un proceso mental. "Recibimos mucha información, pero ésta, ¿me hace más inteligente? No", respondió tajante. Para convertir la información en conocimiento se necesita un proceso de aprendizaje, según el catedrático. "Hay que aprender a aprender porque la empresa vivirá cada día más de activos intangibles", apuntó. Para el catedrático, el reto de las empresas es entender más y mejor lo que está ocurriendo. "Este proceso es integrado y dialéctico, no individual", dijo Bueno. El "iceberg del conocimiento", aunque valora enormemente las competencias y las capacidades personales, se sustenta sin embargo en los valores y la autoestima de las personas. "Cuando tú seleccionas a alguien no puedes hacerlo por sus conocimientos. Me preocupan más sus valores y su motivación que lo que sabe", apostilló Bueno. El catedrático distinguió entre conocimiento explícito -"es el que se puede comprar en un quiosco de periódicos"- y el tácito, todo un modelo mental más difícil de transmitir: "Es el conocimiento que marca la diferencia".