Duran aboga por una España plural, pero común y compartida
Una decidida profesión de fe en la España plural, proyectada desde el catalanismo. Ése fue el eje del discurso España plural, España posible, desgranado por el líder de Unió Democràtica de Catalunya, Josep Antoni Duran Lleida, en el Club Siglo XXI. A la misma hora en que Jordi Pujol explicaba en Barcelona el pacto fiscal que CiU propugna como caballo de batalla para los próximos años, su socio democristiano, daba elementos para tranquilizar al auditorio de la capital de España. "Que nadie vea en este deseo de pluralidad un peligro para la existencia de España sino, muy al contrario, y a mi entender, la única garantía para su futuro como una realidad sentida y asumida por el conjunto de sus ciudadanos", dijo Duran.Las peticiones del líder democristiano se concretan en la plena soberanía cultural, "y de hallar en la manifestación de dicha pluralidad en sus distintas expresiones simbólicas". Duran explicó algunos de esos detalles: pasaportes también en lengua catalana para los ciudadanos que viven en Cataluña; que los euros que se acuñen el España incluyan las cuatro lenguas españolas, presencia en la Unesco...
Sin tocar la Constitución
Unió ha defendido este mismo discurso por activa y por pasiva desde hace años. "El reconocimiento, si lo examinamos desde la racionalidad, tiene el mínimo coste real y en cambio conlleva innumerables beneficios por cuanto permite a todos y cada uno de los ciudadanos sentirse partícipes y copropietarios del Estado", agregó.Para hacer todo esto, no hace falta tocar una sola coma de la Constitución. "Nosotros la aprobamos, la redactamos, la defendimos y votamos en su día, y la hemos servido lealmente, incluso con mayor sentido de Estado que muchos de los que hoy se atrincheran tras una visión restrictiva y alicorta de su texto", destacó el líder democristiano catalán.
"Así pues, sostengo que la aceptación de la plurinacionalidad y el reconocimiento exigido desde las nacionalidades históricas de cultura no castellana son perfectamente materializables con los mimbres de que disponemos", concretó Duran. Eso ha de permitir reconocer como propias las cuatro lenguas que se hablan en España, el uso del catalán, por ejemplo, en diversas instancias del Estado y, ya en el terreno económico, una reducción racional del déficit fiscal, "asegurando la continuidad de la solidaridad", dijo. "Y no sería lógico que cuando el progreso y la competitividad nos someten al desafío y a los retos del siglo XXI, malbaratásemos buena parte de nuestros recursos obsesionados por mantener esquemas de estado-nación del siglo XIX", destacó.
"Creo que el catalanismo político , siguiendo esa máxima irrenunciable y cierta de que todo aquello que es bueno para Cataluña es también bueno para España, está en disposición de ofrecer un proyecto político útil para España", concluyó.
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