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La fiscalía alemana emite una nueva orden de captura contra Ocalan

Roma podría verse liberada del problema del líder kurdo

El caso Ocalan tomó ayer un giro inesperado que podría representar el fin de la pesadilla para el Gobierno italiano. Los jueces alemanes han emitido una nueva orden de captura contra el máximo responsable del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), Abdulá Ocalan, cuyo arresto fue levantado el viernes por un tribunal de Roma. La nueva orden involucra a Apo en varios delitos cometidos en Alemania en 1993, y aporta nuevas bases jurídicas para la extradición del líder kurdo a Alemania, que dependería ahora de una decisión "política". La situación de Ocalan es desde el viernes de libertad virtual: puede moverse por la capital italiana, pero no puede abandonarla, y debe comunicar sus desplazamientos. Ayer dejó el hospital en el que se encontraba desde su detención.La decisión de la fiscalía alemana abre nuevas expectativas sobre una eventual solicitud de extradición por parte del Gobierno de Bonn, que el viernes, a través de un portavoz, había advertido que no ejercería, de momento, este derecho. El plazo máximo que prevé la justicia italiana para recibir dicha petición expira el 23 de diciembre. Si para entonces Alemania no ha resuelto sobre el caso, Ocalan quedará en libertad absoluta. Otra posibilidad es que Italia le conceda definitivamente el asilo político. El comité de Interior que decide sobre este último asunto tiene que emitir un veredicto al Gobierno antes del 1 de diciembre. La vía de expulsión hacia Alemania sería la menos gravosa para el Gobierno que preside Massimo D´Alema, objeto en las últimas horas de un brutal ataque político y comercial por parte de Turquía, hasta el punto de que el Ministerio italiano de Exteriores desaconsejó ayer a los italianos viajar a Turquía.

A medida que se agrava la crisis internacional provocada por la decisión de Italia de acoger a Apo, siquiera transitoriamente, aumentan las críticas a un Ejecutivo tachado de "irresponsable" no sólo por la oposición política, sino por un sector de la prensa de izquierdas. Una carta enviada al Papa ayer por el patriarca armenio de Turquía, Masrob Mutafyan, echaba nueva leña al fuego de la crisis, al acusar a Apo de ser responsable de la "atmósfera de terror" creada en Turquía por el PKK. Tampoco sale bien parado el líder del Partido de los Trabajadores Kurdos en la carta enviada ayer por la organización humanitaria Human Rights Watch al primer ministro italiano, Massimo D´Alema. Aun aplaudiendo la decisión del Gobierno italiano de no entregar a Ocalan a Turquía, HRW recomendaba a Roma que no dé asilo político al responsable de al menos 768 ejecuciones extrajudiciales llevadas a cabo por los guerrilleros en los 14 años de guerra contra Turquía.

Hasta el momento, Italia ha recibido el apoyo verbal del Parlamento Europeo y de algunos parlamentarios griegos. Pese a la enorme solidaridad del Gobierno griego hacia la causa del pueblo kurdo, Apo intentó en vano obtener el asilo político en Atenas, antes de aterrizar en Roma. Pese a la animadversión del Gobierno griego hacia Ankara, Atenas, que afronta ya un grave contencioso con Turquía sobre Chipre, se mostró contraria al asilo. También Armenia se ha negado a acoger al líder del PKK con lo que, caso de que Alemania no se decida a solicitar la extradición, Italia tendría sólo dos opciones: conceder asilo a Ocalan (cada vez menos probable) o enviarlo a un tercer país, posiblemente Túnez.

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