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El empleo como centro político

Joaquín Estefanía

Todo Gobierno europeo, independientemente de su ideología, cuando llega al poder define la creación de empleo como primer objetivo. Así sucedió en 1996 en España: en su primera página, el programa electoral del PP decía que éste era "un programa para el cambio razonable. El cambio para lograr una España (...) en que se cree empleo y se garantice el bienestar". La consecución de este fin, mucho más que otros muchos de carácter instrumental, definirá su éxito o fracaso.Las cifras que incluye la Encuesta de Población Activa correspondiente al tercer trimestre del año, conocidas la pasada semana, y los datos de la Seguridad Social permiten trazar una radiografía tendencial del paro en España bastante completa:

- Quince trimestres consecutivos creando empleo.

- La tasa de paro, que llegó a ser del 24,5% en 1993, ha bajado hasta el 18,55% (3,035 millones de desempleados).

- La tasa de actividad (porcentaje de la población en edad de trabajar que tiene empleo o está buscándolo) supera el 50% del total (50,25%) por primera vez en la década de los noventa.

- A final de octubre, el número de afiliados a la Seguridad Social ha alcanzado el récord de 13,8 millones, y se ha incrementado durante el último año a un porcentaje superior al de crecimiento del empleo, lo que permite deducir que emergen hacia la economía oficial trabajadores que hasta ahora pertenecían a la sumergida.

- Los cabezas de familia en paro se han reducido un poco, hasta quedar en el 8,8%. Los hijos en paro, en cambio, sufren una tasa de desempleo cercana al 30%.

- Hay pleno empleo en alrededor de 6,6 millones de hogares, y pleno paro en 750.000 de los mismos.

- En el último año, la tasa de temporalidad no ha cedido en su porcentaje, un 33,3%, lo que pone en cuestión la eficacia de las bonificaciones que practica el Gobierno para la conversión de empleos temporales en fijos y la reforma laboral pactada sobre este asunto en 1997.

- El descenso del paro no es homogéneo. En el tercer trimestre disminuyó entre los hombres (unos 50.000), pero subió entre las mujeres en más de 15.000. Si contamos las cifras de los últimos 12 meses, el descenso es mucho más pronunciado entre los varones que entre las mujeres.

- Los trabajadores a tiempo parcial son alrededor de un millón de personas, pero la tendencia es decreciente, quizá como consecuencia de las expectativas de ayudas, tras el reciente acuerdo entre el Gobierno y las centrales sindicales.

- Lleida es la provincia con menos desempleo (un 7,4%, cerca del pleno empleo), pero la de Cádiz padece, según la EPA, un porcentaje de parados del 36,19%.

En resumen, cede el desempleo, pero a cotas muy lentas. Se necesitarán muchos años al mismo ritmo de creación de puestos de trabajo para llegar a la media de la UE, o para lograr el pleno empleo. Por ello, se multiplican las iniciativas para encontrar soluciones al problema número uno de las sociedades europeas. Mañana se celebrará en Sevilla un seminario hispano-británico sobre políticas de empleo, en el que estarán presentes, además de los expertos, el ministro de Empleo, Bienestar Laboral e Igualdad de Oportunidades británico, Andrew Smith, y el ministro de Trabajo español, Javier Arenas.

En el primer trimestre del próximo año aparecerá un libro titulado El tiempo que vivimos y el reparto del trabajo, del que son autores Ramón Jáuregui, Francisco Egea y Javier de la Puerta (Editorial Paidós). Se trata de un trabajo exhaustivo sobre la creación de puestos de trabajo y la sociedad que viene. En su epílogo, el especialista francés André Gorz escribe: "El futuro que se dibuja no es ni la semana de 15 horas que evocaba Keynes, ni el año de 600 horas de trabajo, sino el de periodos de trabajo remunerados alternándose con periodos de autoactividades culturales, educativas, sociales, políticas y/o familiares libremente elegidas". Éste es otro panorama.

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