Los principales bares musicales se unen contra el cierre de La Boca del Lobo

La decisión del Ayuntamiento de Madrid de cerrar La Boca del Lobo por incumplir el horario y carecer de licencia para celebrar actuaciones ha traído consecuencias. Representantes de los principales bares de copas y actuaciones que funcionan en la noche madrileña se reunieron ayer en Madrid para expresar su malestar contra la normativa municipal y en solidaridad con el establecimiento clausurado.

"Ha llegado la hora de la batalla", indicó ayer Nanye Blázquez, propietario del Café Central y presidente de la Asociación de Hosteleros de la zona de Huertas. El motivo de tan drástica declaración de intenciones es defenderse "de la persecución" que, según estos representantes, están sufriendo los bares de copas y actuaciones culturales por parte del Ayuntamiento de Madrid. El reciente cierre de La Boca del Lobo, que tuvo lugar el pasado miércoles, un pequeño local de la calle de Echegaray, ha sido la gota de agua que ha colmado el vaso de su paciencia, afirman.La sociedad de gestión AIE (Artistas, Intérpretes y Ejecutantes) convocó ayer a los dueños de numerosos bares de la ciudad, famosos por ofrecer actuaciones en vivo, con el objetivo de hacer un frente común ante una normativa municipal que, según esta sociedad, "pone muy difícil la vida de estos pequeños comercios". La normativa que regula el horario de estos locales tiene distinta aplicación en función de las características del local. El horario varía en función del tipo de licencia de que disponga el establecimiento. Es decir, si figura como bar de copas, café-teatro, sala de fiestas o bar-restaurante.

Los responsables del Siroco, Café Central, Galileo Galilei, Suristán, La Hemeroteca, Clamores y La Boca del Lobo expresaron ayer a Luis Mendo, secretario general de AIE, su "enorme malestar" por la obligación que tienen de cerrar a unas horas determinadas. Aseguran que el Ayuntamiento está aplicando la normativa sobre horarios de "una forma estricta y de acuerdo con el tipo de licencia". Todos ellos coincidieron, además, en que los nuevos horarios "se quedan cortos". Y aseguraron: "Si el motivo que aduce el Ayuntamiento para aplicar el horario de manera tan rigurosa es la defensa del descanso de los vecinos, ya existen otras leyes (de ruidos, prohibición de alcohol a menores, protección ambiental...) que velan por esos derechos". "Si se cumplieran", dijeron, "la ley de horarios sería innecesaria". "Obligar a estos bares a cerrar a determinadas horas es una manera de censura, ya que no pueden acogerse a la libertad de horarios que rige para los comercios no hosteleros", subrayó Nanye Blázquez.

Por su parte, Javier Alimaña, responsable de La Boca del Lobo, el bar que ha suscitado la polémica, anunció ayer que seguirá peleando para poder ofrecer el concierto que tiene programado el próximo miércoles.

Los representantes de estos locales acordaron, asimismo, promover la creación de una asociación que defienda, "no sólo la música en vivo, sino la vida en vivo", y que, paralelamente, permita a los ciudadanos "seguir contando con lugares de encuentro y se respete el derecho a su ocio".