Defensa tramita ya la expulsión del Ejército del suboficial

La condena impuesta ayer a Miravete conlleva la pena de pérdida de empleo -es decir, la expulsión del Ejército-, de la que "no podrá ser rehabilitado, sino en virtud de una ley" especial, según el fallo. Sin embargo, la sentencia no será firme hasta que la ratifique, si así lo hace, el Supremo, lo que llevará algunos meses.Mientras tanto, Defensa está tramitando su baja por pérdida de condiciones psicofísicas y ya hay un informe definitivo del tribunal médico territorial que lo declara no apto para seguir en activo, debido a sus problemas de alcoholismo y psiquiátricos.

Si la resolución administrativa ratifica el diagnóstico médico -y no puede ser de otra forma, salvo que haya un dictamen sanitario en contra- antes de que la sentencia sea firme, como es muy probable, Miravete no podrá ser expulsado del Ejército, pues no se puede echar a quien ya está fuera por motivos de salud.

En ese caso, Miravete cobrará además, de por vida, una pensión equivalente al 100% de sus retribuciones básicas. Mucho más de lo que percibiría si se le expulsa en aplicación de la sentencia.

Sin embargo, Defensa está tramitando también un expediente gubernativo, de carácter disciplinario, por los incidentes que protagonizó antes de matar al cabo Ferrer. Este expediente, que puede suponer su expulsión del Ejército, concluiría antes de que la sentencia sea firme e incluso antes de que obtenga la baja médica.

Respecto a los 15 años de cárcel, si los confirma el Supremo, los cumplirá íntegros, sin beneficios ni descuentos. Cuando lleve la cuarta parte, contando el año y medio en prisión preventiva, podrá obtener el régimen abierto y la libertad condicional, al cumplir las tres cuartas partes.