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EXCURSIÓNCOTO DE MONTALVIDE

Vuelven los carroñeros

Hubo un tiempo no muy lejano -cuando la naturaleza regía todavía la pirámide alimenticia y ecológica-, en el que ser un ave necrófaga suponía toda una responsabilidad y, casi, un privilegio. Eran tiempos en los que el buitre leonado o común, asentado en la Comarca de Los Vélez (Almería) hasta finales de los 50, completaba el último eslabón de la cadena alimenticia devorando la carroña, y de paso impedía que prosperaran gérmenes y bacterias y reducía la posibilidad de transmisión de enfermedades en el resto de la comunidad animal. El azar y la torpeza humana se encargaron de extinguir en la zona norte de la provincia almeriense, en el Parque Natural Sierra María-Los Vélez, los alrededor de 150 ejemplares que sobrevolaban los cantiles rocosos a principios de los 40. El miedo a arriesgar el sustento económico de la zona, eminentemente ganadera en aquellos años, propició el fatídico desenlace. "Fue a raíz de una campaña muy fuerte, iniciada en los 50, que pretendía ejercer un control sobre águilas, zorros y córvidos. Entonces se crearon los alimañeros, que usaban un veneno fortísimo, estrignina", explica Juan Motos, la persona que, junto a otros voluntarios, se encarga ahora de devolver el animal al hábitat de donde nunca debió salir. "Realmente la campaña no fue dirigida a los buitres, sólo a zorros, águilas y algunos más, pero al alimentarse de los animales envenenados, ellos también morían, hasta que desaparecieron", dice Motos. Por este motivo, desde 1995, Motos coordina con la Asociación Naturalista Mahimón, en Vélez Rubio, y la Delegación de Medio Ambiente, el plan de recuperación del buitre leonado en el Parque Natural Sierra María-Los Vélez. Él mismo se encarga de transportar los cadáveres de animales muertos hasta el comedero-aviario para alimentar a unas 50 carroñeras. En épocas migratorias, es fácil observar bandadas de hasta 400 aves procedentes del norte en busca de la orilla africana para el invierno. Los buitres necesitan una media de 3.000 kilos de carne mensuales, aportes que los voluntarios buscan con un inusitado afán. "Muchas veces nos llaman ganaderos a las 5 de la madrugada. Si eso ocurre en el mes de agosto nos movilizamos de inmediato por los olores y la descomposición acelerada que el calor propicia", explica Motos. Tras permanecer tres meses en una gran jaula ubicada en el aviario, imprescindible para un adecuado período de aclimatación a la zona de Los Vélez, las aves quedan en libertad vigilada mediante una anilla de PVC con un número identificativo que proporciona información sobre sus movimientos y hábitos de vida. La reintroducción del buitre ha supuesto también la recuperación para el turista rural de áreas fuertemente degradadas. Son muchos los curiosos que se acercan a las inmediaciones del coto de Montalvide, lugar donde se ubica el comedero, con la intención de echar un vistazo. Pero el coordinador del proyecto advierte: "la zona no es visitable, aunque llevamos a muchos grupos a que los observen a través de telescopios". Ver el majestuoso vuelo del leonado, que casi alcanza los tres metros con las alas extendidas, se ha convertido en aliciente añadido a los ocres del sudeste andaluz. Datos de interés Asociación Naturalista Mahimón. Avda. Carrera del Carmen, 25, 1ª planta, Vélez Rubio (Almería). Visitas: se pueden concertar avistamientos en los siguientes teléfonos 950 41 20 50 y 989 62 65 05. Colaboraciones: Unicaja nº de cuenta: 2103 5940 15 030 000511 0.

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