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Los asentadores proyectan renovar el único mercado de San Sebastián

Los asentadores del mercado tradicional de San Martín, el único que pervive en San Sebastián, presentarán la próxima semana al Ayuntamiento, propietario del inmueble, una propuesta para modernizar el mercado, que en la actualidad da empleo a 300 trabajadores. Los asentadores no quieren "perder más el tiempo" y encargaron hace varios meses a su costa un plan de viabilidad que será entregado al gobierno municipal, que hace dos semanas decidió realizar un estudio similar.

El gobierno municipal aprobó encargar un estudio sobre la remodelación del mercado que iba a ser costeado al 50% con la Asociación de Usuarios de San Martín. Sin embargo, esta entidad ya dispone de uno que contrató por su cuenta con una empresa especializada hace varios meses. El informe plantea una profunda reconversión de las instalaciones, "manteniendo su carácter de mercado tradicional, aunque hay que cubrir carencias importantes en los servicios a los clientes y en los productos que se ofertan". La asociación, que agrupa a 64 de los 70 asentadores del mercado, critica que el Ayuntamiento mantiene desde hace años una actitud "obstruccionista" a las tentativas de modernización del inmueble, cuya venta y recalificación para otros usos ya ha sido estudiada por la corporación. El solar (unos 5.400 metros cuadrados) vale a precios de mercado 5.000 millones de pesetas. Las concesiones de explotación de los puestos comienzan a prescribir en el año 2000. Sin embargo, el estudio realizado por el Instituto de Iniciativas Comerciales parte de la premisa de que los asentadores quieren asegurar sus puestos y "el carácter tradicional del mercado, si bien es cierto que hay que incrementar los servicios y evitar que los clientes tiendan a ir a las grandes superficies de la periferia urbana", según explica Mikel Urrestarazu, presidente del colectivo. Una de las principales carencias de este recinto comercial es la falta de plazas de estacionamiento, por lo que el informe propone la construcción de un aparcamiento subterráneo para 200 vehículos y que también habilitaría espacio para las operaciones de carga y descarga. Por otra parte, el estudio constata que existe una sobreoferta de puestos de carnicería y pescadería, mientras que faltan establecimientos de alimentos precocinados, servicios a domicilio, cafetería, cajeros de entidades bancarias y productos secos, es decir, un supermercado. Los asentadores están dispuestos a asumir el coste de rehabilitar el edificio, cuyas fachadas de hormigón se sustituirían por otras translúcidas. No obstante, necesitan la autorización municipal para una remodelación cuyo coste económico -"bastantes cientos de millones", dijo Urrestarazu- comunicarán al Ayuntamiento el próximo día 24.

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