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Más de 40 millones de rusos viven por debajo del límite de pobreza

El Comité de Estadísticas del Estado hizo públicos ayer datos que reflejan la gravedad de la situación en Rusia. Los ingresos de la población cayeron en octubre un 27% sobre el mismo mes del año anterior. 42 millones de rusos, el 21%, se encuentran por debajo del límite de la pobreza, 11 millones más que hace un año. Y eso que el mínimo de subsistencia mensual se sitúa en 573 rublos, apenas unas 5.000 pesetas. La producción industrial cayó en octubre un 11,1% en términos interanuales.

Todas estas cifras reflejan, sin embargo, una pequeña mejoría respecto a las del mes de septiembre. Yuri Masliukov, el comunista de carné y vitola de pragmático convertido por Yevgueni Primakov en su brazo derecho, aseguró ayer, en una entrevista publicada en Kommersant Daily, que si el actual Gobierno no logra estabilizar la crítica situación de Rusia se enfrentará a una catástrofe que hará tabla rasa de la economía de mercado, la democracia y la integridad territorial."Si no lo conseguimos nosotros, no lo hará nadie", aseguró el primer vicejefe del Gabinete, que dirigió en tiempos de Mijaíl Gorbachov el organismo de planificación estatal (Gosplan)."No hay ningún otro equipo, excepto el de Primakov, capaz de detener la caída hacia el caos, de asegurar la supervivencia de la economía y del país en general", dijo Masliukov. Si fracasa, añadió, habrá que "poner una gran cruz sobre la economía de mercado, la democracia y la integridad territorial de Rusia". Masliukov ha sido carne de rumor en los últimos meses como supuesto autor de planes de salvación nunca del todo confirmados. El factor común era un mayor control estatal de la economía que, para los reformistas liberales, despedía un tufo soviético.

Primakov, que sigue sin presentar un programa definitivo, dejó más o menos las cosas en su sitio al aclarar que su fórmula para salir del bache incluirá lo mejor de la vieja y la nueva receta: economía de mercado, pero regulada con la intervención estatal. De momento, no ha convencido al Fondo Monetario Internacional, que sigue bloqueando un crédito equivalente a más de 600.000 millones de pesetas para salvar a Rusia.

Masliukov prometió ayer que la emisión monetaria, peligrosamente inflacionaria, se limitará este año a menos de 20.000 millones de rublos (160.000 millones de pesetas). Lo que ocurra en 1999 dependerá de la negociación de la deuda, ya que ese año deberían pagarse 2,4 billones de pesetas. "Si se reestructurase siquiera la mitad", añadió, "podríamos contener la inflación y la caída de la producción en límites aceptables".

El nuevo Gobierno, que ha logrado estabilizar la situación política, sigue sin resolver los problemas más acuciantes tras la crisis abierta el 17 de agosto: millones de trabajadores y pensionistas siguen sin cobrar, el rublo se cotiza respecto al dólar a la tercera parte que hace tres meses, la deuda externa continúa sin pagarse, las importaciones se han reducido drásticamente y los precios están por las nubes.

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