Vicente Ochoa, escultor
El escultor riojano Vicente Ochoa (Cervera del Río Alhama, 1919) recibió esta semana cristiana sepultura en el cementerio de Logroño. Recientemente fue galardonado con el primer Premio a las Bellas Artes Riojanas por su trayectoria artística, en la que reúne más de 3.000 obras repartidas por parroquias, centros públicos, plazas y rincones de toda La Rioja. Estaba casado y tenía tres hijos y varios nietos. A lo largo de su vida había compaginado la escultura y la profesión docente como profesor de la Escuela de Artes y Oficios de Logroño. Sus esculturas se enmarcan en un término medio entre el clasicismo y el realismo, mientras él siempre mostró preferencia por las obras clásicas. En la capital riojana es popular la Niña de la Glorieta del doctor Zubía, y ya en otras comarcas de la región, el Monumento al peregrino, en Santo Domingo de la Calzada, o San Felices, en los Riscos de Bilibio. El Gobierno autónomo, cuando le hizo merecedor del galardón de las Bellas Artes, valoró su continuada producción artística, su personalidad y creatividad, así como los valores humanos que se desprenden en toda su obra.-