El 'testigo' panameño de Romaní decide en el último momento no declarar tras llegar a Madrid

El testigo coartada, el panameño Jaime Domingo Cedeño, utilizado por Arturo Romaní para justificar las presuntas operaciones de estafa de 3.000 millones (Cementeras y Dorna, cada una 1.500 millones) de que es acusado con Mario Conde, decidió en el último momento no presentarse a declarar hoy martes a las 10.30. Fuentes judiciales informaron que Cedeño está en Madrid desde el pasado viernes. Su abogado informó al tribunal que Cedeño sí acudiría, pero rectificó después. La administradora de Montilsa, sociedad presentada como de Cedeño, dijo que nunca escuchó nada sobre éste.

Fue al término de la sesión de ayer, a las 19,15 horas, cuando el presidente del tribunal, Siro García, anunció que los dos testigos de la defensa de Arturo Romaní, José Alberto Álvarez y Jaime Domingo Cedeño, "no cumplirán con su deber de comparecer". Por la mañana, según informaron fuentes solventes a este periódico, el abogado de Cedeño, Víctor Manuel Seligrat, informó al tribunal que Álvarez no comparecería. Al parecer, Seligrat le envió en su día la citación pero no obtuvo nunca confirmación. Finalmente, el abogado optó por informar al tribunal. Más tarde, sobre las dos de la tarde, Seligrat informó al tribunal que tampoco comparecería Cedeño.Según fuentes judiciales, Cedeño llegó a Madrid el pasado viernes 13 de noviembre y se alojó en un hotel. Tuvieron lugar, señalaron estas fuentes, contactos entre Cedeño y Romaní. Finalmente, Cedeño decidió no presentarse a declarar hoy.

Romaní ha presentado a Cedeño como su testigo de cargo. Para este hombre, por haberle proporcionado informaciones confidenciales -Romaní llegó a decir en el juicio que Cedeño tenía contactos con la CIA estadounidense-, el exvicepresidente de Banesto recolectó 3.000 millones de pesetas a través de dos operaciones que han sido calificado como presuntas estafas. Romaní arguyó que los 1.500 millones de la Operación Cementeras estaban destinados a pagar una "comisión" a Cedeño. Este dinero debía gestionarlo Romaní, según su propia versión, en inversiones para los panameños a través de la instrumental Montilsa. Pero como los 1.500 millones originales se perdieron en malas inversiones, hubo que habilitarle, a través de dos operaciones con el grupo Dorna, otros 1.500 millones: La Esquina del Bernabéu y Oil Dor.

Ayer, Susana Sánchez Herrero, una joven administrativa del despacho particular de Romaní en la madrileña calle del Conde de Aranda, 14, declaró que fue nombrada administradora de Montilsa en 1992. "Nunca escuché que Montilsa fuese de Jaime D. Cedeño", dijo a preguntas del fiscal Javier Sánchez Junco. Nunca supo nada, tampoco, de Jaime Domindo Cedeño. No recibió, según explicó, correspondencia alguna de Panamá ni de Cedeño; ni Romaní, que era quien le daba las instrucciones, le habló nunca de Cedeño ni de su sociedad en Panamá llamada Dicemen.

El fiscal le dijo a la testigo que en una presunta carta de Romaní a Cedeño de noviembre de 1991 se indicaba al panameño que si tenía que saber algo respecto de Montilsa se pusiera en contacto con Susana Sánchez Herrero. "Nunca conocí esa comunicación. Como le acabo de decir, a mí me nombraron en 1992. Tampoco sabía qué hacía Montilsa. Yo hacía lo que Romaní me decía", señaló la testigo.

Ayer, el responsable de la seguridad de Mario Conde en su época de Banesto, Víctor Varela, dijo que 13 personas se ocupaban de guardar al exbanquero. Recordó que Conde le pidió que fuese, en 1990, al despacho de Romaní en la calle del Conde de Aranda para transportar documentos a Barcelona. En el despacho le dijeron que debía ir a Barcelona y traer dinero en bolsas. Fueron 600 millones de pesetas.