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40.000 espectadores han seguido el Festival de Teatre Visual i de Titelles

Pese a presentar el balance, aún no definitivo, del Festival Internacional de Teatre Visual i de Titelles de Barcelona, Joan Baixas, su director, inició ayer la conferencia de prensa destinada a ello con una referencia a los flecos, importantes, que quedan aún. El próximo sábado 21 de noviembre, en efecto, el festival acabará sus actos con la presentación, en el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (Macba), del trabajo realizado bajo la dirección de Pep Duran por alumnos de teatro y artes plásticas y la Universidad Politécnica de Barcelona. El acto culminará con la quema ritual de los ya célebres muñecos indonesios Ogoh-Ogoh. "Amnistiaremos uno para conservarlo en el museo", dijo Baixas. El balance numérico, todavía provisional, recoge entre los diversos apartados una cifra total de espectadores que supera los 40.000, de los cuales 19.300 correspondena los espectáculos para adultos, 3.500 a los espectáculos infantiles, 15.500 a las exposiciones, 2.700 a los ciclos de cine y 400 a las conferencias. A juicio de Baixas, los objetivos del 25 aniversario del festival se han cumplido. "Nos hacía ilusión que el festival tuviese presencia en toda la ciudad; sumar esfuerzos con otras instituciones lo ha hecho posible", explicó. "La cogestión del festival era un desafío porque obligaba a una interrelación muy compleja, y si consideramos que sólo se ha suspendido una función, la de los berlineses Teatr Kreatur, podemos decir que ha sido un éxito". Otro de los objetivos era el de mostrar qué ocurre en el presente con el mundo de los títeres. "Tenía la sensación", explicó Baixas, "de que había que superar la estancación del títere provocado por su propia historia a lo largo de este siglo. Si en los años sesenta fue necesario protegerlo creando un gueto en los festivales, ahora es preciso salir de él porque el gueto ha generado una deformación del propio lenguaje y una excesiva decantación hacia la técnica. Nos interesaba una visión crítica en un marco multidisciplinar, ponerlo en contacto con el teatro visual. Eso quizá no ha acabado de entenderse, pero estoy seguro de que el público se orientará cada vez mejor en las próximas ediciones". Por fin ha destacado Baixas el interés, pese al poco público, que han despertado actividades más académicas como debates y conferencias entre las entidades coorganizadoras, decididas a tratar temas paralelos en futuros encuentros. De cara al próximo festival -dentro de dos años-, Baixas destacó que se eliminará la dispersión que se ha producido este año debido a que, dijo, todas las actividades se realizarán en la Ciutat del Teatre anunciada por Lluís Pasqual. También se sustraerá al exceso debido a la coincidencia entre el inicio de temporada al resituar el festival a mediados de noviembre. Finalmente, destacó que el Institut del Teatre tiene interés en mantener una sede del festival abierta durante todo ese tiempo a fin de que haya un trabajo de continuidad. "Es evidente que eso permitiría enriquecer los contenidos", subrayó Baixas.

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