Inundación de adornos
Nuestro excelentísimo Ayuntamiento, siguiendo su política de inundar Madrid de antiestéticos "adornos urbanos" (chirimbolos inmensos, estatuas y fuentes ridículas, arbustos esqueléticos, etcétera) y de ejecutar con fondos públicos obras interminables y túneles no siempre útiles, mientras desatiende en idéntica proporción cualquier tipo de obra social y cultural, ha decidido mejorar el Viaducto colocando a ambos lados, en medio de las aceras, una batería de pantallas transparentes que han costado 68 millones de pesetas.Con la excusa demagógica de la "necesidad moral" de evitar suicidios, lo que de momento se evita es que se pueda pasear cómodamente por las aceras de la calle de Bailén, que han quedado más estrechas, ya que las mamparas sobresalen unos 70 centímetros, e igualmente se impide disfrutar de las hermosas vistas desde el Viaducto, al quedar impedido el paso a los salientes dispuestos a tal efecto. A estas incomodidades hay que añadir el antiestético aspecto que irán adquiriendo las planchas a medida que se vayan cubriendo de pegatinas, pintadas y suciedad en general.
Y lo peor es que tal mamotreto, que a mi juicio destroza, desde el punto de vista estético, el balcón del Viaducto, pretenden venderlo como "necesidad moral", cuando en realidad da toda la impresión de que se trata de otro ejemplo más de "adorno negocio" al que nos tiene acostumbrados el actual excelentísimo Ayuntamiento de Madrid. (¿Es una casualidad que estas mamparas sean idénticas a las de las nuevas marquesinas de autobuses? ¿No ha sido posible adoptar otras soluciones, seguramente más baratas, que ya se han utilizado con éxito en otras ciudades?).
Como defensa de este nuevo mamotreto, en Telemadrid el día 4 de noviembre se mostró un burdo montaje de propaganda, exageradamente tendencioso y falso, que llegó a lo inverosímil: se explicaba con todo lujo de detalles que en el Viaducto, con frecuencia, se suicidan entre dos y tres personas al día, que caen a la calle de Segovia, rebotando en los coches e hiriendo a los viandantes, incluidos niños, que pasan (sic), razón por la cual algunos vecinos se han visto obligados a mudarse de casa para evitar el horrible espectáculo.
Yo, que también soy vecina de la zona, quisiera llamar la atención sobre la difusión de estas macabras y alarmantes patrañas que sirven de propaganda a un Ayuntamiento indefendible en muchas de sus actuaciones.
En realidad, los suicidios se producen muy esporádicamente, y con estas mamparas, desgraciadamente, no se van a evitar de una manera absoluta.-
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