Maragall interpreta los ataques que le lanza Pujol como un síntoma de nerviosismo
Barcelona [EN] Los socialistas comprueban con satisfacción que la discreta presencia de Pasqual Maragall en la Cataluña interior, sus contactos con medios empresariales y los reiterados anuncios de apertura electoral más allá del ámbito del PSC inquietan a Jordi Pujol y a la cúpula convergente. Interpretan los ataques que el presidente le lanza como un síntoma de nerviosismo. Maragall expuso ayer esta percepción en una reunión con el Grupo Socialista en el Parlament. Anunció que continuará esa presencia en el territorio y la relación con los sectores sociales más variados. Tras la reunión, respondió al ataque que Pujol le lanzó el sábado. "¿Que no tenemos programa? ¿Es que Convergència habla de programa? ¿Han designado ya candidato a Pujol?". Para hablar del programa queda todavía un año, dijo.
Maragall continúa creyendo que no hay razón alguna visible para adelantar las elecciones autonómicas al mes de marzo. Lo reiteró ayer tras el encuentro con los diputados socialistas, a quienes había explicado cómo desarrolla su precampaña. "Si hay ingobernabilidad, que se diga. Y que se diga por qué", requirió. Si no hay problemas de gobernabilidad, lo que corresponde es agotar la legislatura en noviembre de 1999, sentenció. La derecha y CiU han convertido en un motivo de crítica a Maragall el hecho de que dimitiera como alcalde de Barcelona dos años antes del fin de su mandato, en septiembre de 1997. Le acusan de haber traicionado a sus electores. El ex alcalde respondió ayer a estas críticas. "No hice ninguna maniobra pensada para volver luego al cargo. El Ayuntamiento tiene buena salud, estaba en buenas manos y continúa en buenas manos. No se acortó el mandato. No se adelantaron elecciones. Yo cesé. Y me fui a Roma". Acto seguido, preguntó: "¿Es que piensa en cesar, Pujol? ¿Piensa en irse a Roma o a Berlín?". Recordó luego Maragall que desde CiU se insinuó primero que habría elecciones al Parlament en junio de este año. Y después en el actual mes de noviembre. Ahora se dice que será en marzo de 1999. Atribuyó este baile de fechas para algo que en buena lógica debe llegar en noviembre de 1999 a que en CiU existe la consciencia de un declive. "Los técnicos que entienden de esas cosas detectan un ascenso continuado en nuestras expectativas de voto", dijo. Eso lo saben los adversarios del PSC, explicó, y de ahí las dudas entre adelantar las elecciones, para evitar que esa expectativa siga creciendo o agotar la legislatura, esperando que se produzca un quiebro. Maragall sostuvo que, a estas alturas, lo que corresponde no es exponer un programa electoral , sino "dar con el tono y la filosofía adecuadas". Se mostró convencido de tenerlos y los resumió así: "Lo que vamos a proponer es que Cataluña tire de la piel de toro [forma poética de referirse a España] hacia Europa, en vez de estar todo el día haciendo las maletas para aparentar que queremos irnos [de España]".
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