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Mueren envenenadas 200 palomas en el Jardín de Viveros y 12 junto a la Alameda de Valencia

La explanada del Jardín de Viveros de Valencia amaneció ayer cubierta por cerca de 200 palomas muertas. Cerca de allí, en la plaza Polo de Bernabé (junto al paseo de la Alameda) yacía otra docena de palomas. La contrata municipal recogió las palomas muertas y las llevó a una empresa que incinera animales muertos. Aunque los laboratorios municipales no analizarán algunas de las palomas hasta el lunes, el Ayuntamiento cree que han sido envenenadas. "Alguien ha envenenado los bebederos del jardín o ha arrojado grano con raticida", avanza el edil de Sanidad, Vicente Martínez Marco. El concejal quiere tranquilizar a la población: "Las palomas mueren con cantidades minúsculas de veneno, los niños y el resto de ciudadanos no corren ningún peligro, deberían ingerir un kilo". Martínez Marco aclara que el envenenamiento no ha sido obra del Ayuntamiento: "Nosotros sólo eliminamos a las palomas enfermas y las capturamos con redes". El Ayuntamiento condena este acto y sospecha que se trata de una persona que odia las las palomas porque le ensucian la casa o le causan alguna molestia. Hace dos años, la colonia de 35.000 palomas de la ciudad sufrió una agresión similar: una mañana fueron hallados centenares de ejemplares muertos en Viveros, plaza de la Virgen, Torres de Serranos y Mercado Central. El autor de los hechos, que no fue descubierto, usó grano envenenado.

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